La ermita y el Vía Crucis de Chamorro

faf-SEl Foro de Amigos de Ferrol recuerda que el santuario de Chamorro es un bien patrimonial que ocupa un lugar destacado de Galicia.

 La ermita y el Vía Crucis de Chamorro

Desde tiempos antiguos en Galicia las alturas, en especial los montes, se consideran lugares sacros, marcados por la presencia de viejos cultos, construyendo en esos lugares ermitas y santuarios para su cristianización. Su sacralidad se refuerza por un crucero, un Vía Crucis en el camino penitencial, un peto de ánimas, una fuente de aguas sanadoras, una cueva de aparición milagrosa e incluso alguna roca de antiguos cultos. Como ejemplo de estos lugares sagrados en Galicia, destaca el monte de la Virgen de Chamorro en Serantes.

El monte de Chamorro, situado al nornoroeste de Ferrol, es un lugar de escasa vegetación, salpicado de tojos y monte bajo. Desde sus 174 metros de altura se contempla un hermoso panorama del valle de Serantes, la ciudad y la ría de Ferrol. En su ladera meridional se alza la ermita de la Virgen de Nuestra Señora del Nordés, así llamada por el viento propicio de esa dirección, Patrona de los Mares y Valles de Ferrol que goza de gran devoción en la comarca, testimoniada por los muchos exvotos de la capilla.

burgoa-8-1Existen varias versiones del origen del nombre de Chamorro. La primera, según el Padre Sarmiento, deriva del latín “clamor-clamoris”, un conjunto de voces invocando alguna gracia, como puede ser la lluvia. La segunda, según historiadores como Leandro de Saralegui y Rodrigo Sanz, significa montículo de rocas, unión de “cha”, pelado o poco frondoso, e “morro”, montículo redondeado. La tercera versión, romántica y popular, es la poco creíble teoría de que un pescador en peligro gritó en gallego “xa morro” (ya muero), siendo auxiliado por la Virgen.

La capilla

La capilla se levanta sobre voluminosas rocas graníticas, que sobresalen de su muro Sur, una de ellas, según la tradición, una «pedra de abalar» o roca oscilante, integrada dentro de la ermita. Cerca del lugar, una serie de rocas muestran unos desgastados petroglifos, que añaden contrastada antigüedad a los viejos cultos, citándose la existencia de una pequeña capilla, quizás una gruta eremítica del siglo IX,  o un primer templo en los siglos XII o XIII.

El templo actual es de fines del siglo XV o comienzos del XVI: una nave rectangular de cubierta de madera; una capilla mayor cuadrangular de arco triunfal apuntado y bóveda gótica de crucería; un retablo barroco de prolija decoración vegetal; un camarín de la Virgen de madera dorada; una sacristía lateral; un pequeño absidiolo de cubierta a tres aguas y una espadaña incompleta. Diversos añadidos posteriores incluyen un pórtico cubierto.

burgoa-8-2 La Virgen de Chamorro

La efigie de madera de la Virgen, sedente, frontal y de formas estáticas, es de las llamadas imágenes de vestir. Debió de sostener una manzana en su mano derecha y el Niño Jesús sentado sobre sus rodillas. Su antigüedad se reputa a época románica, siendo plana en su parte posterior, como si se tallara para adosar en un retablo. Se viste de unos ampulosos ropajes, que solo dejan ver el rostro de la Virgen y la cabecita del Niño. De época posterior son la amplia corona metálica y la peana barroca con un angelote alado.

Como otros lugares Chamorro tiene una leyenda de aparición de la Virgen a dos hermanos que pastoreaban unas cabras en el monte. Un día de fuerte tormenta, los hermanos se refugiaron en unos peñascos, donde se apareció la Virgen, quedando grabada su efigie en la piedra oscilante. Más tarde se halló una imagen policromada de la Virgen con el Niño que, llevada a la cercana iglesia parroquial de San Salvador de Serantes, regresa de nuevo al roquedal del monte.

El día  grande de Nuestra Señora del Nordés, el Lunes de Pascua, después de la misa principal se celebra una procesión que preside la imagen de la Virgen de Chamorro. La romería celebrada desde primeras horas congrega a cientos de personas de la comarca ferrolana, que suben al santuario tanto por la carretera asfaltada como por el pedregoso camino de la empinada ladera sur del monte.

Desde hace tiempo es un tema polémico la propiedad privada de la ermita de Chamorro, administrando sus propietarios parte de las limosnas recibidas, mientras que la Iglesia celebra el culto religioso en la capilla. Un hecho, censurable y no entendible en los tiempos actuales, que mantiene un tradicional desencuentro entre la familia propietaria y las autoridades eclesiales. Es también criticable que el Concello de Ferrol no haya construido un mirador panorámico en el atrio de la capilla, dadas las espectaculares vistas del valle de Serantes y de la ría de Ferrol.

El crucero y el Vía Crucis de Chamoro

La sacralización de la ermita se refuerza por un crucero, uno de los de mayor interés de la comarca. Sólido ejemplar de formas clasicistas, se data en el último tercio del siglo XVII, con su antigüedad resaltada por abundantes líquenes. Sobre una amplia plataforma se levanta un robusto varal ochavado, que muestra en su parte alta los orificios de soporte de un antiguo farol de aceite.

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Sobre un capitel jónico de hojas de acanto y volutas, se asienta una cruz de forma griega que porta dos imágenes tradicionales. Un Cristo de formas clásicas, la cabeza con corona de espinas, un amplio paño de pureza y expresión de sufrimiento en sus manos clavadas cerradas. Una Virgen de la Piedad de formas genuinas, vestida de manto y túnica, colocada sedente con el Hijo de pequeño tamaño en su regazo, en una tradicional composición triangular.

El crucero remata catorce estaciones de piedra del Vía Crucis situado en la carretera de subida. Consisten en esbeltos pedestales de cantería, de numeración romana, coronados por cruces latinas, desnudas de imágenes. Por el camino penitencial de la ladera desde Serantes se levanta otro Vía Crucis, hoy incompleto. Sus estaciones de anchos pedestales de mampostería encintada rematan de pequeñas cruces griegas, también carentes de imágenes.

El monte de Chamorro es un clásico ejemplo de cristianización de un lugar de antiguos ritos derivados del culto a la piedra, convertido en un ámbito sacro por la construcción de un santuario y la erección de un crucero con Vía Crucis. Constituye una muestra de las devociones populares y de sincretismo religioso, manifestada en forma de leyendas, costumbres y ritos, profanos o sagrados, todo ello sacralizado por la Iglesia.

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Un comentario

  1. jose ignacio dapena fernandez

    Como siempre no dejo de admirar tu artículos pero este me impresiona más por la sabiduria del saber de una persona como JJ. Burgoa .-enhorabuena.