¿Petroleros?

jesus varela Jesús Varela

¿Qué fue lo que cambió en Navantia, en estos últimos tiempos, como para pensar que pueda competir en el nicho de mercado de los petroleros a nivel internacional? ¿Acaso no recordamos cuando, todavía recientemente, su presidente, el Sr. Revuelta, dijo que la empresa no era competitiva? ¿Cómo es eso de que ahora y sin hacer ninguno de los cambios estructurales que la empresa necesita, quiere optar a la construcción de buques mercantes de ese tipo?

La verdad es que no parece serio pensar que Navantia pueda llegar a construir, ahora mismo, e independientemente del número de ellos, (cuantos más peor, en estos momentos) buques petroleros para ninguna naviera. Ni española ni extranjera. Salvo claro está, que haya por medio algún tipo de ayudas encubiertas no legales.

Por activa y pasiva se dijo hasta la saciedad y desde todos los estamentos y a todos los niveles, oficiales y no oficiales, que Navantia no estaba – ni está – en condiciones de competir con ningún astillero en ningún nicho de mercado que facilite la construcción de los buques en serie, como es el caso de los petroleros, los portacontenedores, los buques bulkarrier, etc, etc.

Sabemos que tipo de construcciones son aquellas a las que Navantia debe y tiene que dirigir sus esfuerzos, y salirse de esa línea, al menos en estos precisos momentos, es toda una aventura. Una aventura, a la que Ferrolterra no puede ni debe de hacer frente. Ya veremos, y el tiempo será testigo de ello, de los resultados de la construcción del buque flotel para Pemex. No podemos caer en la disyuntiva de aceptar el pan para hoy si ello significa más hambre para mañana.

Es cierto que en situaciones como la que está atravesando el sector naval en la Ría de Ferrol, cualquier posibilidad de trabajo puede parecer una tabla de salvación, pero ello no debe significar que las cosas se hagan a cualquier precio. Lo que prima en estos momentos, además de conseguir trabajo, que también, es afrontar los problemas internos para una vez saneada la empresa, mirar al futuro con esperanza y en clave de sostenibilidad. Y aquí, es en donde se aprecia una incalificable ineptitud por parte de toda la cúpula directiva de la empresa, así como de su órgano rector, la Sepi.

Pretender que Navantia se pueda convertir en una subcontrata de un astillero que hace los buques un 40% más baratos que ella y que además, los hace en un 45% de tiempo menos, es lisa y llanamente tener una visión ilusoria, además, de una temeridad. Y por estos lares, lo cierto es que ya no estamos para inventos, ni de ese ni de ningún otro tipo.

Si Navantia trabaja en niveles de mercado internacional en este tipo de construcciones, es imposible que trabaje en condiciones de rentabilidad. Y si no lo hace así, en el mercado civil, la empresa seguro que tendrá problemas. Y si la empresa tiene problemas, la verdad es que los tenemos todos. Tooooodos. Insisto una vez más, Dios quiera que desde Bruselas miren para otro lado en todo lo referente a la construcción del flotel.

Hoy por hoy y tal y como siguen estando las cosas, sigo pensando de que fue una suerte que los cuatro gaseros, por los que tanta gente lloró, se fuesen para Asia.

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