Este es mi Ferrol (II)

manuel galdo-fotoManuel Galdo

250 vecinos había en la ría de Ferrol en 1749, sin embargo, con la construcción de los arsenales, que llegaron a ocupar a más de 15.000 obreros, se consiguió que la villa fuese en corto espacio de tiempo, meses, uno de los pueblos de más población del Reino de Galicia. En estas fechas se levanta la nueva población y se fortifica la ría, el 2 de diciembre de este mismo año se aprueban los planos del arsenal, siendo el ingeniero Francisco Llobet quien se ocupa también de su fortificación, pero es Julián Sánchez Bort, que había trabajado con aquel desde 1754, quien en 1762 asume la dirección del proyecto. En su “Anuario Ferrolano Nicolás Fort escribía refiriéndose a Bort «Sobre el malecón occidental estableció una batería de 122 cañones, con frente a la ría de 501,60 metros de largo y levantada sobre una profundidad de 30 a 36 metros. Fue este el primer emplazamientos militar del  arsenal».

Las peculiares características de la ría de Ferrol fueron un argumento de peso para la elección de esta villa como lugar idóneo para instalar en ella los arsenales, siendo precisamente esta decisión la que provocó un rápido desarrollo poblacional de la misma. Habrían de pasar casi 200 años para que Ferrol viese incrementada de forma notoria su población, ya que  gracias a la anexión del Ayuntamiento de Serantes el 21-1-1940, la ciudad que en ese momento tenía  41.536 habitantes  ve aumentado su censo hasta los 59.829. Ferrol aumenta su población año tras año, de tal manera que en los años 80 llegó a alcanzar, casi, los 90.000 vecinos,  pero es a partir de entonces cuando comienza el declive debido el éxodo de ferrolanos y habitantes varios, lo que acarrea que a 1-1-2002 la ciudad cuente tan solo con 80.181 habitantes, tristemente el descenso poblacional continua y nos lleva a la situación actual en que la población no alcanza los 69.428 habitantes a 1 de Enero de 2015 según el INE. Y bajando.

La instalación de los arsenales en la Graña y Ferrol  trae consigo la necesidad de proteger la ría de posibles ataques por lo que se diseña y construye un entramado de fortificaciones orientadas a su defensa que está formado por 2 castillos, 11 baterías de costa y un polvorín: Los castillos de La Palma cuya construcción finaliza en 1597, y San Felipe cuya construcción se inició en 1590 pero luego sería reformado en 1739 con la fisonomía que aún conserva  en la actualidad, este entramado defensivo estaba además integrado por 11 baterías de costa situadas estratégicamente a ambos lados de la Ría de Ferrol,  aunque existían otras en la Ría de Ares y sobre la Playa de Doniños,  a saber: En el lado Norte estaban Prioriño, Canelas, Viñas, Cariño, San Cristóbal, San Carlos, San Juan y Batería de La Cortina (Arsenal) y en la banda Sur se encontraban las de Seijo, San Martín y Segaño.

galdo-5-9-aEl primer documento escrito que se conserva relativo a Ferrol es uno que se refiere a la autorización por parte del Obispo de Mondoñedo para empeñar las posesiones de D. Fernando de Veremundiz, después, además de los nombres más recientemente utilizados y  ya citados anteriormente, también se cita a Ferrol como: Concejo de Ferrol, Castro de Ferrol, San Julián de Ferrol, Villa de Ferrol, etc.

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Siendo los arsenales, su construcción y actividad, los verdaderos artífices del nacimiento y posterior desarrollo de la ciudad, no es menos cierto que posteriormente fueran los astilleros los que hicieron de Ferrol una ciudad boyante. Luego la Unión Europea, la ineptitud de nuestros políticos y la cerrazón de los ferrolanos dieron al traste con la industria naval y con ella el tejido comercial e industrial de ferrolterra, tejido que las grandes superficies instaladas en los últimos años  terminaron por destruir totalmente, en lo que a comercio minorista se refiere, y esto sin contar las bajas laborales que supuso el cierre, si cierre, de muchas de las dependencias militares con las que el Arsenal contaba y que supusieron la inactividad o el traslado de muchos de los funcionarios que las atendían, pero  los avances tecnológicos, a veces olvidados, tienen también mucho que ver en este desmembramiento industrial . Astano, Peninsular Maderera, Pysbe, la fábrica de lápices – Hispania S.L., Vaycora  y más recientemente otras muchas empresas auxiliares del naval, siempre el naval como triste protagonista de la situación que vivimos, tales como Montajes Asturias, Cachaza, Indunor  y otras  fueron desapareciendo y con ellas  lo hizo también un buen número de empleos que hacían de Ferrol una ciudad próspera.

La actividad reducida a mínimos de Bazán  -ahora Navantia-  limitada y sostenida  solo por las reparaciones civiles y militares que en ella se efectúan,  y la casi nula presencia de industrias productivas, sitúan a Ferrol en una difícil encrucijada.

 

 

 

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