La Armada volverá a subastar en septiembre el portaaviones «Príncipe de Asturias»

Príncipe de Asturias, atracado en el muelle 7 de Navantia-4/7/16
El Príncipe de Asturias, atracado en el muelle 7 de Navantia-4/7/16

(ABC-Esteban Villarejo)-La Armada Española volverá a subastar en septiembre la chatarra del portaaviones «Príncipe de Asturias» con un precio único de 2,4 millones de euros. Tras el fracaso de una primera licitación en abril —el precio bajó de 4,8 a 2,9 millones quedando desierta la subasta—la Armada espera vender ahora los restos del que fuera su buque insignia, el cual causó baja en la Lista Oficial de Buques el 13 de diciembre de 2013 y se encuentra atracado en el muelle número 7 de la factoría de Navantia, en Ferrol.

El nuevo pliego de prescripciones técnicas para el desguace y reciclaje del «Príncipe de Asturias» contiene, como novedad, un estudio técnico de la composición de metales del buque para su posterior aprovechamiento: 8.572.320 kilos útiles en total, de los cuales 6.157.045 kilos son de acero, materia prima cuyo precio ha experimentado un fuerte descenso en los últimos años.

Además de acero, el portaaviones «Príncipe de Asturias» contiene 830.729 kilos de hierro, 636.774 kilos de cobre con aislamiento, 427.134 kilos de cobre limpio, 306.830 kilos de aluminio, 143.954 kilos de acero inoxidable, 63.514 kilos de bronce, 4.243 kilos de zinc y 2.097 kilos de plomo, según la estimación realizada por la Jefatura de Apoyo Logístico, con sede en el Arsenal Militar de Ferrol.

Anclado desde 2013

Se constata también que el paso del tiempo ha hecho mella en los materiales del «Príncipe de Asturias», anclado en el Arsenal de  Ferrol desde febrero de 2013 y sufriendo un desgaste del 15 por ciento en el acero, el hierro y el acero inoxidable.

Fuentes conocedoras del proceso de subasta pública consultadas por ABC aseguran que dos empresas están aún interesadas en adquirirlo pero por un precio que oscilaría entre 1,4 y 1,6 millones de euros, valor inferior al estimado en la nueva subasta por la Armada.

Esas dos compañías son la madrileña Surus Inversa y la almeriense Logiscrap. La primera cuenta con la empresa turca Leyal —emplazada en el puerto de la ciudad de Aliaga— para el posterior desguace; mientras que la segunda tiene instalaciones en Las Palmas de Gran Canaria.

Una de las condiciones que pone el pliego de la subasta pública es que la empresa adjudicataria debe pertenecer a uno de los 34 países de la OCDE y «el destino del buque será su desguace para su conversión en chatarra, estando expresamente prohibida su transmisión a terceras personas, nacionales o extranjeras, para cualquier otro uso y, en especial, como buque militar o civil».

Los licitadores o sus subcontratistas deberán contar con la certificación para reciclaje y desmantelamiento de buques o similar y de un plan de reciclaje de los materiales potencialmente peligrosos existentes en el buque (asbestos, pintura tóxica como el tributilestaño, bifenilos policlorados y otros metales pesados) empleados en la construcción naval hace veinte o treinta años.

También se específica la garantía que deberá ofrecer el licitador para el tránsito del portaaviones de Ferrol al destino final del desguace.

Carácter único

La nueva subasta pública que se celebrará en septiembre tiene carácter único, por lo que en caso de quedar desierta por ausencia de propuestas de licitadores no se contempla la convocatoria de subastas sucesivas, como sucedió en abril donde se rebajó el precio en dos ocasiones.

El portaaviones «Príncipe de Asturias» (R-11) fue construido en la década de los 80 por la empresa nacional Bazán (actual Navantia) siendo asignado en 1988 y cumpliendo 25 años de servicio en la Armada. El actual Ministerio de Defensa decidió su baja ante el coste de mantenerlo en servicio (unos 100 millones de euros al año) y los recortes que debía acometer.

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Un comentario

  1. Qué pena esa escuela naval-museo a flote. Veo a los alumnos de las escuelas de la Armada y a los de las escuelas de FP de la comarca, a los trabajadores en prácticas de Navantia, a los reservistas de la Armada, a los sistemas jubilados, a esos helicópteros y aviones en cubierta, a los visitantes de EXPONAV y el Museo Naval… el R-11 fue un hito en la construcción naval militar española moderna, da pena pensar que va a acabar fundido.