¿Por qué los ferrolanos delinquimos menos?

Enrique Barrera Beitia

A raíz de mi último artículo, algunas personas me manifestaron ciertas discrepancias sobre el tema de la seguridad ciudadana en nuestra ciudad. Afortunadamente, el Ministerio del Interior ha publicado en su portal de internet los datos de todas las ciudades españolas con más de 30.000 habitantes, referentes al primer semestre del año. Este es el resumen de los ocho concellos más grandes de Galicia.

Si nos centramos en los cuatro tipos de delito más graves, estos son los datos.

Queda por lo tanto fuera de discusión que somos una ciudad segura, pero no sabemos por qué. Una razón podría ser que no denunciamos tanto como los habitantes de las otras ciudades, pero no tenemos ningún dato objetivo para pensar que sea cierto.

Somos mejores ciudadanos, pero ¿por qué?

Por eliminación sólo nos queda una explicación: somos mejores ciudadanos. Esta opción plantea un doble problema. Por un lado, ¿estaremos los ferrolanos dispuestos a admitir que tenemos alguna virtud además de saber hacer barcos? Por otro lado, esta afirmación es una pura conjetura por mucho sentido común que tenga.

Especulemos pues. ¿Qué hecho diferencial tiene Ferrol en relación a las otras ciudades de Galicia?Respuesta: el reparto en dos grandes bloques sociales, uno obrero y otro militar. El primero ha ido articulando a lo largo de décadas unas redes sociales y una cultura de clase que dejaba escaso margen a la aparición del lumpen proletariado. En cuanto a los militares, son evidentemente gentes de orden.

Concentración silenciosa en enero de 2015, por la muerte de un policía en Madrid.

Más allá de la delincuencia utilitaria que busca satisfacer expectativas de lucro, hay una subcultura de rechazo a los valores sociales que se canaliza a través de delitos de baja intensidad, pero en Ferrol parece predominar más la actitud de no romper con la sociedad oficial, sino adaptarse.

Por supuesto esto es pura suposición, así que aunque tenga mis sospechas, no sé por qué somos más cumplidores con la ley que los habitantes de otros concellos, pero como alguna explicación debe haber, no sería mala idea que quienes realmente saben de estas cosas investigasen.

Finalmente dejen que les comente dos aspectos que considero muy importantes. Uno es que no es verdad como muchos dicen que tengamos un sistema penal blando, porque la duración de las penas de prisión y la tasa de encarcelamiento en España superan la media europea. En los últimos cuarenta años hemos multiplicado por ocho la población penitenciaria. Además, aunque nuestra tasa de delincuencia es el 63% de la media europea, el número de personas encarceladas en España es de 133 por cada 100.000 habitantes, cuando la media europea es de 100.

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