Los Pensionistas salen a la calle (I)

Juan Cardona Comellas– juan@juancardona.es

Las principales ciudades de España reciben con entusiasmo, en sus plazas y calles, a las manifestaciones de jubilados que muestran su descontento e indignación cual nuevo 15 M. Poco a poco, con el apoyo y cobertura de las televisiones van tomando consciencia de ser un colectivo de votantes que puede ser decisiva en próximas contiendas electorales. Ante las diversas y variadas reclamaciones, a veces sin mucho fundamento, que exigen al Gobierno, no está de más presentar una radiografía de datos de pensiones y pensionistas.

A finales del mes de febrero del presente año de 2018 había en España un total de 9.573.000 pensiones que corresponden a 8.700.000 pensionistas (algunos pensionistas cobran más de una pensión). En la otra parte de la balanza el número de trabajadores activos que es de 18 millones agrupados en los diversos regímenes (General, Mar, Autónomos, Hogar, etc.). De ellos el número de extranjeros en la actualidad es el 10%, y el número de mujeres representa el 43% del total.

Dejamos fuera de estos números a los 450.000 (300.000 mujeres y 150.000 hombres) perceptores de «Pensiones No Contributivas» (personas que no han cotizado o no lo suficiente) con una nómina global anual de 2.400 millones de euros y pensión media de 375 €/mes. Ni que decir tiene que tampoco se contemplan los perceptores de los diversos modos en las que la CC.AA. denominan las «Rentas Mínimas de Inserción» y los beneficiarios de subsidios y ayudas al desempleo: Prestación por desempleo, Mayores de 55 y 45 años, Ayudas Familiares, Ayudas a liberados de prisión, Retornos de emigrantes, Renta agraria, etc. Que estos colectivos no estén contemplados en el número de pensionistas no significa que no se una a ellos en las protestas y aumenten las bolsas de votantes que pueden decidir las elecciones: ¡Son más de cuatro millones!

Del conjunto de pensiones el 50,4% no alcanzan el Salario Mínimo Interprofesional (menos de 735,9 euros/mes), y son algo más de 68% las que no llegan a los 1.000 €. En el otro extremo las llamadas Pensiones Máximas representan el 3% (2.580,13 €/mes) del total
Si vemos la evolución en los últimos doce años las que no alcanzan el SMI eran el 57,6% y las Máxima el 1%. El número de pensiones se incrementó en ese periodo en millón y medio y como se ve han mejorado su cuantía en relación al SMI.

En el año 2017 la nómina total de las pensiones superó los ciento veintidós mil millones de euros (122.000 millones). La cifra asusta si la comparamos con la recaudación del IRPF de poco más de 76.000 millones o la recaudación del IVA que rondan los 68.000 millones, que son los impuestos de mayor recaudación y que no se destinan a pensiones, sino a los gastos corrientes e inversiones del Estado. Entonces, ¿Cómo se financian las pensiones?…

Las pensiones se financian con las aportaciones de las empresas y trabajadores con las llamadas cotizaciones sociales. Nos repiten hasta la saciedad que es un sistema de reparto: lo recaudado hoy, es lo que se reparte hoy. Esto significa que lo que cada uno ha cotizado ya está repartido entre los pensionistas de antaño; y lo que se perciben hoy de pensión está sustentado por las cotizaciones sociales de hoy en día: El empresario cotiza, en régimen general, un mínimo de 30,9% sobre la base de cotización por un empleado con contrato fijo y trabajo administrativo; y se llega al 38,25% de un trabajo temporal en la minería. La cuota que aporta el trabajador es del 6,40%. Una media aproximada de la suma de las cuotas empresarial y obrera se estima en el 40% sobre la base. Baja bastante esta cifra si lo referimos al Régimen de Autónomos o Empleados del Hogar. El total recaudado en 2017, por todos los regímenes, ha sido de 110.560 millones de euros; insuficientes para cubrir la nómina global.

Otro de los factores que amenazan el sistema de pensiones a medio y corto plazo es el demográfico con una población envejecida y con pocos nacimientos, solamente superados a la baja por Japón. Mas a corto habrá que afrontar el efecto de la incorporación a las clases pasivas de los nacidos en el llamado baby-boom que se produjo en España en los años 60, con el pico en 1965 con casi 700.000 nacimientos de los cuales tienen trabajo en la actualidad aproximadamente 500.000. Estos trabajadores se jubilarán con 67 años en 2031 y sus puestos de trabajo tendrán que ser ocupados por los nacidos en los años próximos al 2006. Aún en el caso que todos los nacidos en ese año tuviesen empleo (pleno empleo absoluto) quedarían sin cubrir más de 100.000 empleos por año. En el caso milagroso de que la natalidad se recuperase a tasas de reposición válidas, no llegarían los nacidos en ese nuevo baby boom a ocupar estos puestos vacantes por la sencilla razón de que contarían con 13 años de edad, por tanto: un problema sin solución, excepto que se «importase» mano de obra cualificada de terceros países; el problema pasaría a ser el «cualificar» a esos inmigrantes ya nacidos, en sus países, hace más de 10/12 años: salvando las distancias tendríamos que crear nuevas canteras de profesionales imitando a las existentes en los clubs de fútbol. Si el problema es grave a medio plazo no quiero calificar el que se presenta de cara al año 2050 donde se espera, si no arreglamos el problema demográfico, que el número de pensiones alcancen los 15 millones, para lo que sería necesario, según un informe del BBVA, 27 millones de cotizantes: ¿De dónde los sacamos? De mismo tenor lo plantea la OCDE que prevé que en 2050 haya tres pensionistas por cada cuatro personas en edad de trabajar en España.

Los problemas se acumulan con el derivado del incremento de la esperanza de vida en nuestro país, que ha pasado desde el año 1975 de 76,3 años para las mujeres y 70,5 para los hombres a los actuales 85,6 y 80,3: Con lo que se ha alargado la vida de los pensionistas en 10 años. Se ha intentado corregir ese sobrecoste en pensiones con el aumento de la edad de jubilación de 65 años a 67: quedan por tanto 8 años en los habrá que dedicar recursos extraordinarios para equilibrar las cuentas.

Para repartir el mismo montante entre más pensionistas y cada uno percibirlo durante más tiempo se ha optado, a partir del próximo 2019, a aplicar a cada nueva pensión una reducción que le acompañará por vida: el factor de sostenibilidad. De esa manera se cobra menos al mes que los jubilados anteriores, pero se estima que durante más años.

Visto el planteamiento inicial y los problemas que nos acecha dejo para otro artículo las posibles soluciones; aunque varitas mágicas no existen…

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4 comentarios

  1. Mercedes Luger

    ¡ Por favor no te demores mucho !
    Nos tienes en vilo con la segunda parte Semejante panorama parece no tener solución.
    ¡ un respiro , por favor!

  2. Chema Atrevido

    Mala solución parece que tiene este grave problema si no es a costar de detraer gastos a nivel suficiente que una nación como la nuestra y en las circunstancias actuales o futuras no puede permitirse mantener. Quizá llegue el momento, no muy lejano, que estas soluciones tan drásticas tengan que ser adoptadas por organismos externos, es decir intervención externa.

  3. Muy bueno Juanelo, Clarito y didáctico, seguro que seras capaz de proponer soluciones de las que puedan aprender los nefastos politicos que tenemos.
    Deseando leerte en tu próximo articulo.
    Un abrazo.
    RR

  4. Juan por favor me haces ser egoísta y pensar que con mis años ya no veré esas cosas.. de todas maneras espero con ansiedad otro artículo en el que nos des alguna esperanza
    Sigue escribiendo