El okupa Pedro Sánchez

Juan Cardona Comellas

No cabe duda alguna que España no esta en su mejor momento político. Los partidos, que están financiados por nuestros impuestos, en lugar de solucionar los problemas que nos rodean prefieren crearlos para justificar su propia existencia. Un grupo de independentistas liderados por un auténtico racista «supremacista» por un extremo, sus primos del PNV firmando golosos cupos y acuerdos un día, y al siguiente proponiendo un nuevo plan «Sabinista»: Ibarreche II. Los «pablinista irenitas» votando entre ellos la decoración del chalecito de los jefes. Los políticos navarros, baleares y valencianos de inmersión e inmersión lingüística son nuevas fichas en este anárquico puzle. Con este panorama el «presilente» Rajoy festeja con alegría incontenida la aprobación del presupuesto que le garantiza dos años de mamandurrias a él y a su equipo, y a las pocas horas entra en depresión profunda próxima al coma y hasta deja de ningunear a su socio Rivera, que por cierto con sus votos consiguió que don Mariano salvase su trasero.

¿Qué sucedió para tan profundo cambio de humor en nuestro «presilente»? ¿De dónde vienen los tiros? Le apuntan que el leal Sánchez le presentó una moción de censura basándose en la corrupción. No puede ser: leal ayer y felón hoy, repite por los rincones el atribulado Rajoy. Nuevo dato que le susurra Soraya: «Sánchez se basa en una sentencia de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal, de la Audiencia Nacional, en la que parece ser que ponen en solfa tu declaración sobre la caja B del partido y la califican como insuficiente verosímil, vamos en «vulgaris»: que no has dicho ni media verdad y has omitido la otra media». ¡Todo esto por cuatro perras, que no han dado ni para «na»! fue su única reacción. Entre minuto y resultado pensó: «Qué será cuando salgan las sentencias de los papeles de Bárcenas, del caso Lezo o la de la Púnica». La «champions» calmó momentáneamente su desazón y encargó una solución que le asegurase al menos un añito más de «presi».

Los estrategas del partido preparan una reacción ante la avalancha de reproches. Después de interminables reuniones no encuentran por donde salir: ellos mismos han cerrado la puerta de Ciudadanos, el macro asunto de los ERES y de los cursos de formación parece que no afectan a Sánchez, el PNV ya encontró aplicaciones para los nuevos cupos y conciertos y… ¡Lo que se da, no se quita!, que no sé cómo se dirá en eusquera, pero se entiende igual, Podemos recontando votos de su consulta urbanista y la diputada canaria en solitario no aporta salida alguna. Abatido Mariano, en plena siesta, escucha adormilado a su «pepito grillo»: Dale una oportunidad a Sánchez para que ocupe la Moncloa, solamente unos días; no de modo oficial, sino al de Colau, deja una llave debajo del felpudo y di públicamente que te vas unos días a preparar en un lejano monasterio tu estrategia de defensa, y déjale una pista clara, muy clara, donde dejas las llaves. Cuando el okupa sienta la misma impresión de mando que la que sufrió su antecesor Zapatero, donde un simple comentario sobre su adicción a las avellanas, se convirtió en orden y al día siguiente los platitos de frutos secos estaban presentes en todas las dependencias «moncloitas»; Sánchez puede sentir el peso de la púrpura dejando caer dos caprichitos de sus nenas, en ese momento se encontrará con fuerzas y el problema de España estará en vías de solución

. En los primeros días de trabajo puede dar rienda suelta a todas sus ocurrencias sobre la forma de estado o de reformas laborales o recortes en defensa, o lo que se le ocurra sin más. Lo malo para él es cuando las vea reflejada en el BOE, no las reconocerá como de cosecha propia y ante tal cúmulos de incongruencias no le quedará otra que someterse a una moción de confianza; y sin más que ofrecer a vascos y catalanes que la independencia con indemnización y unos terrenitos con vistas a los seguidores de Podemos, no le quedará más remedio que retirarse de por vida cual cartujano o a cualquier compañía que tenga que rellenar su consejo de Administración, eso sí con sueldo de expresidente perpetuo y oleo en la galería que por cuestión de rapidez se lo encarga al maestro Antonio López. Lo malo para Sánchez, y lo bueno para España, es que despertó del sueño y se encontró de nuevo sin escaño y en la casilla de salida.

Al despertar de la siesta y enterarse del fiasco el «presilente» Rajoy, suspiró y retomó con resignación su ataque cariñoso al partido de Rivera, que erre que erre con su propuesta de nuevas elecciones. El «presi» reordenó su agenda: Superada la «Champións», por delante la preparación del Mundial, después el verano, la fiesta del Albariño… País…

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