Exitosa presentación de “Confesión” de Eduardo Martínez en el C.N “ La Penela”, en Cabanas

María Fidalgo Casares

“Mi éxito está en que me lean” . Así cerraba Eduardo Martínez Rico el acto de presentación de su novela “Confesión” en una abarrotada y hermosa sala del Club Naútico “La Penela” de Cabanas, en la que el Capitán de Navío José María Blanco Núñez fue el especial conductor.

El interés por el tema y el afecto personal hacia el joven escritor hizo que se congregaran en Cabañas numerosos ferrolanos, amigos, y familiares que arroparon la presentación de su ópera prima. Pese a realizarse en un salón social junto a la playa, se generó un gran climax de atención e interés ante lo expuesto que hizo abstraerse a los asistentes del espacio que ocupaban y disfrutar plenamente de la disección de la obra literaria.

El Presidente del Club Juan Lizaur presentó el brillante currículum del conductor José María Blanco Núñez, (Ferrol en 1945). Capitán de Navío de la Armada Española, historiador y profesor del CESEDEN, ha destacado en su trayectoria como marino e historiador y galardonado con premios importantes.

Por su parte, el escritor Eduardo Martínez Rico ( Madrid 1976) es Doctor en Filología con una amplia trayectoria editorial. La novela presentada “Confesión” , aunque supone el número 12 de las producciones del prolífico autor, es su primer gran relato de ficción.

“Confesión”, con el subtítulo de: – una novela gallega– cuenta la historia de un oficial de marina condenado a muerte. En la espera de ejecución, va recordando su vida y los sucesos que le han conducido a su terrible estado. El gran atractivo añadido para los presentes al acto estaba en la localización del relato en parajes muy próximos como Pontedeume, Playa de la Magdalena en Cabanas, Ría de Ares, Ferrol, Mugardos, Coruña y Caaveiro.

La novela aparece en sus primeras páginas dedicada a su tío Joaquín Martínez Pérez -Mendaña y al irrepetible General médico Adolfo Rey Seijo, por gratitud y por la gran conexión familiar que les vinculaba.
Rey Seijo, muy querido y recordado en Ferrolterra, facilitó parte de las investigaciones previas a la creación de la obra. Parte de su familia asistió a la presentación e incluso se proyectó una fotografía del propio Adolfo que conmovió a muchos de los presentes.

Blanco Núñez hizo una atinada, profunda y amplia reflexión sobre “Confesión” y calificó a la novela como “novela sin adjetivos y con mayúsculas”. Consideró que para ser escrita a los 26 años había demostrado con ella “una capacidad de inventiva impresionante” y que era “pura literatura española”.
Con pinceladas de tragedia, sentimientos, erotismo, costumbrismo burgués y onirismo para Blanco es “una novela clásica desde el punto de vista de la narración, con claros guiños a las novelas decimonónicas”. Continuó analizándola y afirmó que “Presenta dos grandes originalidades: empezar con el final al principio del relato ( el delito que le ha llevado a ser condenado) , y el tiempo de la narración con saltos cronológicos entre un pasado reciente y un futuro próximo en una hipotética república española que ha restaurado la pena de muerte”.

«Confesión» es una novela coral, pero sobre todo es una novela de personajes en la que destaca el coprotagonista- un sacerdote- cuya personalidad supera en atractivo al propio protagonista. Con hondura y a través de él, Martínez Rico exhibe un gran conocimiento sobre la liturgia religiosa y los sacramentos.

El autor por su parte, comentó parte de los pormenores que le habían llevado a elegir el tema. Una especie de “ flechazo” con la majestuosidad del Castillo de la Palma, del que surgiría una novela de la que no hubo nada previo planteado, sino que fue “inventado sobre la marcha tirando del hilo a ver dónde me llevaba”. Un Castillo de la Palma al que rebautiza como San Carlos como homenaje a su abuelo el Doctor Martínez, muy imbricado en la intrahistoria de la villa de Pontedeume del siglo XX y uno de los personajes de la mítica Trilogía “Vidas de Infancia” de Ramiro Fonte. Pontedeume, sin nombrarlo en ningún momento, pero perfectamente reconocible, es la villa en la que el autor encuadra el desarrollo de la trama.

Eduardo Martínez repasó parte de su producción, su modus operandi a la hora de escribir, y ciertas concesiones a la comercialidad con la que pensaba afrontar sus nuevas novelas. Recordó al gran Vázquez Figueroa que le dio el sabio consejo “Para escribir hay que centrarse en lo que uno conoce” y manifestó a los presentes sus positivas impresiones sobre la aceptación de «Confesión».Me asombro porque los lectores sienten a los personajes como vivos” “ Y sí el lector obtiene satisfacción, es que la cosa funciona”. y contundente afirmó que“ Mi éxito está en que me lean” .

Tras el acto, se abrió un interesante turno de preguntas a las que el autor fue contestando, destilando en sus repuestas una mezcla de humor, sinceridad e ilusión que le hizo ganar las simpatías del auditorio. El autor agradeció al club su deferencia en presentar su novela y dedicó con entusiasmo decenas de ejemplares a los asistentes.

Para terminar, avanzó en exclusiva a Galicia Ártabra que ya tenía su nueva novela en ciernes de la que no quiso aventurar nada, pero si declaró que “Será una novela clásica para disfrutar del placer de narrar” “  

 

 

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