En la madrugada de este domingo hay que atrasar los relojes una hora. «A las 3 serán las 2»

Este domingo por la madrugada deberemos programar el reloj una hora menos respeto el horario de verano. Como pasa cada último fin de semana de octubre, se vuelve a cambiar la hora. Este cambio en teoría provoca un ahorro energético porque a medida que avance el otoño, el sol sale más temprano y aprovecharíamos más las horas de luz durante nuestra jornada laboral.

Los expertos no creen que realmente esta modificación sea tan eficiente energéticamente a causa de la latitud, la meteorología, las costumbres de cada país y el régimen de horarios laborales. Podríamos estar ante el penúltimo cambio de hora que viva el país.

 Con el cambio, iremos a trabajar o a estudiar con luz más temprano que hasta ahora, pero al terminar la jornada laboral o la escolar, veremos que anochece antes o saldremos de noche. Se tomó esta medida a los años 40 para estar en un horario parecido al resto de países europeos y para que las horas de luz coincidiesen con la jornada laboral.

Los efectos del cambio horario

De este domingo al solsticio de invierno, se invierten las horas de luz con las de noche. Cuando lleguemos a la Navidad, la jornada tendrá solo 9 horas y 11 minutos de sol de las 24 horas. Uno de los hechos que notaremos más, con menos horas de sol, es que las temperaturas bajarán antes que haya terminado el día.

No está confirmado que el cambio horario comporte un ahorro energético notable, quizás así lo era hace 30 años, pero los tipos de vida y de trabajo cambian y actualmente no se puede comparar notablemente entre el gasto que generamos en invierno y en verano. La eficiencia energética depende más de las nuevas instalaciones eléctricas, los aparatos electrónicos, el estilo de jornada laboral actual y el tiempo que hace en nuestra zona geográfica.

Así pues, haremos esta modificación de hora este fin de semana y en marzo, pero la Unión Europea ha apostado para suprimir este cambio. Todavía no hay un acuerdo firme, pero se podría tomar el horario de verano de forma permanente.

En cuanto a la salud, habrá que pasar por una adaptación natural para regular el nuevo horario. Como puede que nos levantemos antes que haya amanecido tendremos la sensación de cansancio e irritabilidad. Modificaremos además el horario de comida, comeremos durante la semana una hora antes de los que hacíamos usualmente y por la noche podríamos estar desganados.

También trae consigo algo de insomnio, más cansancio porque el cuerpo quiere estar activo más horas y falta de concentración. A estos pequeños problemas de salud, los solventaremos en un plazo de tres o cuatro días.

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