El velero Galatea. 25 años de ausencia

El pasado 2018 se cumplieron 25 años del traslado del antiguo velero Galatea de la Armada a la ciudad de Glasgow, tras ser adquirido en junio de 1992 en una subasta por parte de un astillero de su ciudad de origen. Tras una restauración bastante completa del buque, rebautizado con su nombre original de Glenlee, quedó atracado en la citada localidad escocesa en el verano del año 1999 como buque museo. De esta forma se perdió para Ferrol un velero que en su larga trayectoria en la Armada pasó más de 50 años basado en esta ciudad, siendo centenares los ferrolanosquerecuerdan su destino en el Galatea.

En muchos puertos de mar es habitual como recuerdo histórico la presencia en sus muelles de buques que se encuentran fuera de servicio. La propia historia de estos buques, la belleza de sus formas, su vinculación con la ciudad, el simbolismo que suele acompañarlos y el atractivo que en general encierra todo lo relacionado con la mar, están entre las diferentes causas de esta presencia.

Este es el caso de diversos buques de vela, muchas veces restaurados, e incluso operativos y listos para navegar. Así tenemos el navío inglés Victory, conservado como museo desde el año 1922 en el puerto inglés de Portsmouth; la fragata americana del siglo XVIII Constitution, atracada desde el año 1907 en el puerto americano de Boston; o el clipper Cutty Shark, también conservado como museo desde el año 1954 en el puerto de Greenwich. Incluso un velero del siglo XVII, el galeón Vasa, hundido el mismo día de su botadura a causa de un exceso de peso añadido, una vez reflotado, se conserva como museo en el puerto de Estocolmo.

Como ejemplos de buques de casco de acero y propulsión mecánica, conservados como museos atracados en muelles de diferentes países están el crucero Belfast, atracado en el río Támesis de Londres, el portaviones Intrepid, a orillas del río Hudson en New York o el acorazado Missouri atracado en Pearl Harbour, así como submarinos o incluso buques mercantes que pueden verse en diferentes espacios marítimos.

Como caso más reciente está el del moderno submarino Delfín, construido en Cartagena y entregado a la Armada en diciembre de 1974. Tras causar baja después de casi 30 años de servicio, el submarino fue cedido en febrero de 2004 a la ciudad alicantina de Torrevieja, que en su momento le había hecho entrega de su bandera de combate. De esta manera el submarino Delfín quedó atracado en el puerto de Torrevieja, siendo el primer buque de guerra español transformado en un museo flotante, convirtiéndose en un atractivo turístico y cultural de la ciudad.

Como contraste a todos los casos anteriores, el velero Galatea, buque escuela de la Armada con aparejo de bricbarca o goleta de tres palos, ligado durante más de cincuenta años a Ferrol y su Arsenal, pese a los esfuerzos de algunas personas y asociaciones de la ciudad, desde el año 1993 se encuentra fuera de España, atracado en el puerto de Glasgow después de pasar casi cien años de su botadura, una vez comprado por los británicos, restaurado y adaptado como museo. Tan solo se conserva expuesto en la estación Naval de A Graña el mascarón de proa del velero.

Ferrol no solamente ha perdido el velero Galatea sino que ha sido incapaz de conservar como recuerdo histórico y como recurso turístico alguno de los muchos buques ligados a la historia de esta ciudad. Ejemplos de ello son los casos del crucero Canarias, la fragata Baleares, el portaviones Príncipe de Asturias e incluso el yate Azor.

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Un comentario

  1. Es una pena lo que pasa en España, y su triste reflejo en Ferrol. Coincido al cien por cien con lo conveniente que sería para la ciudad complementar su oferta museística con algún buque-museo visitable. Creo que el más adecuado habría sido el Príncipe de Asturias, pero ya que no ha sido posible se podría buscar la colaboración de todas las administraciones para construir una reproducción de algún barco de época que pueda servir a la vez de museo y de buque escuela.