Emotivo mensaje de despedida, en Rota, del almirante de la Flota, Manuel Garat Caramé

 

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En la mañana de este miércoles, día 13, se celebró, en un sencillo acto, la despedida del almirante Manuel Garat Caramé  como responsable de la Flota ante su pase a la reserva. Un emotivo acto en el que estuvieron presentes una corta representación de miembro de la Armada residentes en la zona, así como familiares y amigos del ALFLOT.

Mi compromiso con España 

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En el transcurso del acto el almirante Garat Caramé dirigió un alocución a los asistentes. Tras señalar que las circunstancias excepcionales no le permitían despedirse personalmente ni públicamente en un acto militar solemne, como así ha sucedido siempre cuando el ALFLOT entrega sus responsabilidades comenzó sus palabras de despedida indicando  que “lo hago aquí rodeado de algunos de mis subordinados, en un sencillo  y discreto  acto privado, aunque igualmente solemne, en mi cuartel general, donde en breve tendré la muy apreciada oportunidad de besar de nuevo todavía como almirante en activo, la Bandera Nacional. Un gesto que no quisiera que se interpretara como una despedida, si no como una reafirmación de mi compromiso con España, pues, ya en la reserva, permaneceré siempre alistado para cumplir con lo que la Armada me demande, como siempre he hecho, sometiéndome de forma incondicional a los mandatos de la Constitución, con lealtad absoluta a S.M. El Rey, mando supremo de las FF.AA. 

No obstante tengo la intención de despedirme de todos los almirantes y generales, oficiales, suboficiales, soldados y marineros de la Flota enviando este mismo mensaje por video, como a estos tiempos corresponde, y también de todos los que, civiles o militares, me han apoyado durante este mandato y a los que no puedo dejar de considerar buenos amigos de la Flota y de la Armada.” 

Dar las gracias

Visita a Ferrol como Almirante de Acción Naval (abril-2016)

“Siempre pensé que la autoridad que se ejerce en esta profesión tiene un profundo carácter impersonal, y por ello siempre que me he dirigido a vosotros he evitado hacer referencia a mis circunstancias personales, he procurado ceder siempre el protagonismo a la importante función que he tenido que desempeñar, consciente de la escasa relevancia de mi humilde persona que solo ha tratado de preservar la dignidad que exige este uniforme, estos galones y la responsabilidad que conllevan. 
Pero hoy, creo yo, es un día diferente, el ultimo día que presto servicio activo 
licencia para hablar de mi mismo, para hablar de mis sentimientos y de mis convicciones personales. 

Y lo primero que quiero hacer, lo primero que debo hacer, es dar las gracias 

Gracias, en primer lugar, a Dios, rumbo base de mi derrota existencial, en quien siempre he depositado mi confianza. 
Ser cristiano, aun no siendo un buen cristiano, ha formado siempre parte integral de mi naturaleza…y no puedo manifestarme como persona, como militar o como compañero, sin mostrar mi más profunda e inquebrantable convicción. 
A Dios tengo que agradecer la personalidad que me ha otorgado. Que dispusiera para mi» 
 
 Lo aprendí todo de mis padres

«De mis padres, como suele y debe ser, lo aprendí casi todo. Aprendí a ser cristiano, que como he señalado es casi todo lo que soy. Y fue por esa vía como aprendí, -como otros por otras vías- a ser una persona capaz de entender el sentido trascendente de casi todos los actos y, por tanto, del profundo valor de la justicia, de la libertad de conciencia y de la dignidad personal. 

De mis padres aprendí también a amar a mi Patria, siempre he pensado que la familia es la puerta de entrada principal de la patria. Yo, como muchos de vosotros, -lo digo con gran orgullo- creo haber entrado en ella, en España ¡Por la puerta grande! ” 

Continuó recordando como ese amor a la Patria lo fue aumentado en el seno de su familia, como comprendió la existencia  de España, y como se siente orgulloso de ser español,De pertenecer  a una Nación que fue protagonista indispensable de la historia universal .España, uniendo la cultura clásica que Roma nos legó y la concepción judeo-cristiana de la vida, contribuyó decisivamente, con muchas más luces que sombras, a propagar nuestra cultura y la civilización occidental por medio mundo, compartiendo valores que, con el tiempo, eclosionaron en principios universales hoy indiscutidos, como son el imperio de la ley y los derechos humanos, entre ellos la dignidad, la libertad y la igualdad. 

Y todo ello fue posible gracias al espíritu guerrero que impuso la reconquista y a la pericia marinera que fuimos adquiriendo durante la edad media, cuando, cediendo a ese impulso vital-militar y naval- el mundo se nos hizo pequeño. 
Cuando fuimos capaces, no lo desdeñemos, de dominar los mares como nunca lo fueron por ninguna otra nación. 
Cuando fuimos capaces de someter durante siglos, sin apenas contestación, los dos más grandes océanos del planeta. 
Porque fueron los océanos, cierto es, quienes hicieron grande a España…pero fue España, digámoslo, quien hizo a los océanos pequeños». 

Lo que me enseñó mi padre sobre la milicia 

«Así lo siento profundamente porque de mi padre-orgulloso oficial de la Armada como yo- recibí en herencia el amor por las cosas de la mar. Él me enseñó que la mar, inmensa y poderosa, puede ser a un mismo tiempo temible y atractiva, que la mar, lo he dicho muchas veces, es la mejor escuela de vida que existe. Porque la mar reclama de forma natural y enseña de forma espontánea la necesidad de atesorar audacia, previsión, valor, prudencia, tenacidad, entereza, generosidad, humildad, confianza…. 
  
Y también me transmitió el amor a la milicia. Él me enseñó que la milicia, rigurosa y fascinante, puede ser a un mismo tiempo exigente y generosa. Que la milicia es la mejor norma de vida que existe. 

Porque la milicia reclama de forma natural y enseña de forma espontánea la grandeza de aceptar el sentido del deber, el espíritu de servicio, la dedicación plena, la disciplina a ultranza, la lealtad sin límites, el sacrificio hasta el extremo, el arrojo sin medida… 
 
En la milicia he trabajado por España desde hace casi 45 años, desde antes de que, con tan solo 17, cruzara inconsciente la puerta de Carlos I, inconsciente si, con una vocación incipiente y, por tanto, vulnerable»
 
Nuestra relación con la milicia 
 
Permitidme, en este momento, una breve reflexión, ya de viejo almirante, que quisiera dejaros, especialmente a los más jóvenes… 
Mucho sobrevaloramos la vocación, más, creo yo, que deberíamos valorar el compromiso que a la larga es la fuente de vocación más fructífera que existe. 
 
Nuestra relación con la milicia es, diría yo, como una especie de matrimonio donde es el compromiso quien nos obliga a ser fieles a las decisiones que hemos de tomar. Es el compromiso quien nos ayuda a superar los sentimientos pasajeros que aprovechan los momentos de debilidad para secuestrar y esclavizar nuestra voluntad. Sed fieles a vuestro compromiso y vuestra vocación será, os lo aseguro, cada vez más fuerte. 
Así lo aprendí de las muchas personas que he conocido a lo largo de mi carrera y de las innumerables enseñanzas que de ellos obtuve. Desde quien fue mi primer comandante en la fragata “Extremadura”, el entonces CF Cerame, de cuya humanidad guardo un cariñoso recuerdo o del que fue el primer suboficial que tuve a mis órdenes, el entonces brigada don Manuel Vázquez-Padín que fue uno de los mejores y más queridos maestros que he tenido a lo largo de mi carrera» 
 
El apoyo de muchos compañeros 

Tras referirse a su labor y «no apelar a la tan manida frase de que me voy con la

Fue comandante de la Fragata «Juan de Bord´n» (2002-2005)

satisfacción del deber cumplido” el Almirante Garat se refirió a sus compañeros. 
Durante estos 45 años he tratado de cumplir con mi deber, es cierto, pero me voy con algunas insatisfacciones por no haber podido hacer muchas cosas que debería o querría haber hecho. Por haber hecho algunas otras de forma diferente a como querría o debería haberlas hecho y por unas pocas más, bien lo se yo, que no debería o no querría haber hecho. 
 
Lo cierto es que en estos momentos en los que uno tiende a mirar su estela y reconsiderar las experiencias que ha vivido, mi verdadera satisfacción nada tiene que ver con mis posibles logros personales 

Mi mayor satisfacción es haber sentido y seguir sintiendo el apoyo de muchos de los que fueron mis compañeros. Empezando por mis compañeros de promoción a los que debo parte de mi propia forma de ser, que se terminó de modelar cuando aun siendo muy jóvenes, algunos casi niños, tuvimos la oportunidad de vivir y compartir, casi como hermanos, las intensas experiencias que solo esta profesión es capaz de ofrecer. 
 
Y también todos aquellos otros, superiores o subordinados, con los que, más tarde, tuve la oportunidad de compartir excitantes experiencias profesionales, a veces tan exigentes que promueven la cooperación de forma espontánea y generosa, en línea de frente, hombro con hombro, creando de forma inevitable, verdadero afecto e inquebrantable amistad. 
A todos ellos, a todos vosotros, a todos los que fuisteis, sois y seréis mis compañeros os doy también hoy, de forma sentida, las gracias” 
 
Mi mujer Tere 

Recordando el origen de la palabra “compañero” (aquel que comparte el pan) se refirió “de forma especial, con una inmensa gratitud a quien todos y cada uno de esos 45 años ha sido mi más querido y más cercano compañero, mi mujer Tere. Con ella no solo he compartido el pan, lo he compartido todo”. 

«En primer lugar porque juntos quisimos construir una familia que se ha convertido en una eficiente fábrica de buenos españoles, sin duda el mayor servicio que he prestado a mi Patria en toda mi vida. Por el momento ya han salido 18 de la cadena de producción (7 hijos, 10 nietos y otro en camino). Todos llevan de serie la dignidad y el orgullo de pertenecer a esta gran Nación- Y dos de ellos, mis hijos más jóvenes, me han dado la enorme satisfacción e impuesto la exigente responsabilidad de querer ser oficiales de la Armada

En esta empresa, Teresita ha asumido sin rechistar las responsabilidades de organización, logística, planeamiento, habilitación, aprovisionamiento, y transporte, apoyo sanitario, asesoría jurídica y por supuesto relaciones públicas para asegurar el buen funcionamiento de nuestra numerosa familia, a pesar de los efectos catastróficos que cabe esperar de las 28 mudanzas-estoy empeñado en la última de ellas- necesarias para que yo pudiera seguir lo que ha sido mi trayectoria profesional” 
«Jamás podría haber cumplido yo el compromiso que adquirí hace 45 años, al menos no en la forma en la que lo hice, si ella a su vez no hubiera sido capaz de ser fiel al compromiso que adquirió de permanecer siempre a mi lado»

La Armada y las familias
 
«La Armada nunca será capaz de pagar la deuda que contrae con las familias que nos brindan generosamente su apoyo. Son parte esencial de nuestra Institución. No están en el escalafón ni tienen un puesto en nuestra organización, ni reciben nómina, ni recompensas…pero son miembros de pleno derecho de la Armada y son, generalmente, nuestros mejores compañeros» 
 
Un traicionero enemigo, el desánimo 

Queridos amigos, lamento tener que dejar el servicio activo en un momento tan complicado para España y para la Armada. Tenemos ante nosotros un enorme desafío y debemos ahora afrontar un futuro que nos va a exigir grandes esfuerzos y sacrificios. 
España tiene enemigos, no lo dudéis, siempre los ha tenido. Pero ahora el más peligroso es el desánimo. Un traicionero adversario que con sucias argucias procurará hacernos creer que nuestros esfuerzos no valdrán la pena, que no seremos capaces de alcanzar nuestros objetivos que lo mejor es aceptar” lo inevitable” y “salvar lo que se pueda”

«No bajéis la guardia, os pido que creáis en esta profesión. No os dejéis llevar por los agoreros que en todos los tiempos predican la inutilidad de los que, de forma inmediata, no parezca necesario. 
Nuestra dedicación es, principalmente la preparación de recursos materiales y morales para afrontar y superar situaciones difíciles de imaginar pero que, pronto o tarde- la historia lo demuestra- acaban sucediendo». 

Un legado

«Y la mejor garantía para que la Armada pueda superar cualquier situación es nuestra propia forma de ser, la que hemos heredado de las generaciones que nos precedieron a través de su ejemplo, ininterrumpidamente, durante siglos”

Un legado que constituye nuestro mayor patrimonio colectivo, el que os ha hecho superar indecibles dificultades a lo largo de la historia. 

Un legado que, poco a poco, durante estos últimos 45 años, he tratado de asimilar y entregar intacto a quienes hasta el día de hoy, de una u otra manera, me habéis ido sucediendo. 
Si lo preserváis, suceda lo que suceda, estoy seguro de que la Armada, estoy seguro de que España seguirá siendo universal ….seguirá siendo eterna. 
Muchas gracias y que Dios os bendiga” 

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2 comentarios

  1. José L Torres

    Enhorabuena Almirante, compañero y amigo. Un fuerte abrazo.

  2. Andres paulino

    Enhorabuena mi Almirante un veterano qué estará siempre a las órdenes de Ud