Sabores ártabros-El Mercado de la Magdalena

Pepe Perales Garat

El otro día se anunciaban los nuevos soles de la Guía Repsol 2021, que tantas veces son una antesala de las estrellas de la Guía Michelín; O Camiño do Inglés de Daniel López, alcanzaba su primera distinción tras la bib gourmand que le fue concedida por la famosa guía francesa hace ya más de un lustro. Su rostro más visible comentaba en una entrevista posterior que la mayoría de los restaurantes de la zona se proveen de productos frescos en el mercado, y en Ferrol cuando dices el mercado te refieres, como norma general, al de La Magdalena… y yo confieso que soy un adicto sin reservas y que no hay sábado que no acuda puntual a sus puestos a ver qué novedades se me ofrecen: sus verduras, sus carnes, sus pescados… todo me atrae por igual y sólo mi cartera me impide llevarme más productos de los que elijo. Bueno, y
mi mujer, que no siempre está de acuerdo con que todo engorde.

En mis frecuentes visitas sigo a rajatabla el principio de que el acto de compraventa habitual de bienes o servicios va tejiendo una serie de lazos, y al final acabo comprando en una serie de puestos que fueron los que primero conocí: Nemesia y Julio, ORVI, Carnicería Carmen, Elia y Eladio, Tere, Nico… pero también me paro y picoteo en casi cualquier otro que me ofrezca algo distinto a la oferta de los supermercados, siempre tan igual en lo que a productos frescos se refiere.

No me gustaría, sin embargo, que pensarais que sólo visito unos puestos determinados; siempre que no vaya a tiro fijo me gusta darme una vuelta por todas las naves de esta catedral gastronómica, recorrer la pescadería (ese mercado que en otros sitios ya se habría convertido en atracción turística y del que espero escribir más adelante) y aprovecharme de un saber que ya va presentándonos a las terceras generaciones de ocupantes, y en las que se encuentran pequeños tesoros que yo no he sabido encontrar en otros sitios.

La pescadería cada vez tiene más variedad, en frutas y verduras no es extraño encontrarte productos de temporada a muy buen precio, y las carnes merecerían también varios artículos en los que os explicase que hay sitios más de cerdo, otros más de ternera, otros más de pollo, que en Juan y Maricarmen tienen varios tipos de chicharrones a cada cual más rico, que el otro día descubrí que Eladio Otero tiene en su charcutería una longaniza fresca de Lugo de la que ni sabía de su existencia, que puedes comprar buenos vinos, mejor bacalao, unos panes y unas empanadas de las que fuera de Ferrol causan asombro, que en Elia y Eladio hacen hamburguesas de vaca o de chorizo criollo que en casi cualquier ciudad del mundo estarían en boca de todos…

Y creo que lo de las estrellas y los soles no es siempre tan importante, y que a veces más nos valdría mirar más a lo nuestro y redescubrir esos sabores de los pucheros de nuestras madres y abuelas, esos productos que parecen llamarte desde las vitrinas con una sonrisa y, sobre todo y muy por encima de todo, ese trato humano, cercano y directo, que muchas veces sustituimos por la comodidad de un estante lineal con productos igualmente lineales que no son capaces de devolvernos al sabor de nuestra infancia.

Y para despedirme, os cuento los últimos tesoros que rescaté de sus estantes: ya es la época de guisantes y tirabeques, y la pescadería está llena de caballas y jureles. ¿Imagináis lo bien que comí este fin de semana? ¿Y lo sano? ¿Y lo barato? Pues acercaos el próximo sábado por sus pasillos, y buscar ese producto que hace tiempo que no veíais, porque tal vez sus sabores os devuelvan a algún momento añorado de vuestra vida, como me pasó a mí con esos chícharos que tanto aborrecía en la niñez. Y si no queréis o no podéis acercaros, a lo mejor podéis entrar en la página https://kibus.online/ferrol/puestos y comprobaréis que la tradición no tiene por qué quedarse en el pasado, porque este mercado va avanzando con nosotros y todos esos puestos de los que os he contado, os sirven también a domicilio. 

PD: Mi madre me ha reconvenido seriamente acerca de la última estrofa de la coplilla que os escribí la semana pasada, con lo que merece una corrección y mis más sinceras disculpas, en realidad, y la transcribo entera, dice así:

                                Comamos, bebamos, poñamonos gordos
                                De canto nos digan, fagámonos sordos.

Y encima me gusta más… qué cosas extrañas hace la memoria.

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