La ventana del dique se cierra

Enrique Barrera Beitia

No hay novedad sobre el dique cubierto para Navantia, y es una mala noticia. El alcalde de Ferrol, Ángel Mato, mantuvo el pasado miércoles 19 de enero un encuentro en Madrid con directivos de Navantia para pedirles que se construya el dique cubierto

Parece ser que sus interlocutores, más allá de la construcción de las nuevas fragatas, son optimistas sobre un aumento de la carga de trabajo en el astillero ferrolano
(reparaciones, proyectos eólicos, etc), y que si esto se concreta, “se puede construir” el dique cubierto. No creo que este enfoque que podemos resumir en “si todo va bien lo construiremos”, sea el correcto, porque “para que las cosas vayan bien” es imprescindible su existencia previa.

No quiero abrumar a los lectores de Galicia Ártabra con cifras, hay unanimidad en que reduciría el tiempo de producción y los costes. Cuando se inicie en marzo la construcción de las nuevas fragatas y entremos en el típico ciclo alcista en la economía local, perderemos interés en esta inversión, y es bastante probable que al terminar el contrato, Navantia sea un astillero obsoleto que quede fuera de todos los concursos.

Un taller prescindible

Lo sorprendente de todo esto, es que se trataría tan sólo de intercambiar la inversión prevista en un taller de bloques que poco aporta, por la inversión en un dique, es decir, no se está pidiendo un aumento de la inversión, sino dedicar esta a un proyecto realmente estratégico que haga más competitivo nuestro astillero. El citado taller de bloques no sólo carece del impacto necesario para transformar el astillero ferrolano, sino que en su ubicación prevista, quedaría demasiado alejado de la grada y los sindicatos creen que es prescindible.

El verdadero campo de batalla

Este es pues el verdadero campo de batalla en el que todas las instituciones locales y autonómicas deben implicarse antes de que se nos cierre la ventana de oportunidades. Digo autoridades autonómicas, porque aunque Navantia pertenece al Estado, la Xunta tiene las competencias de Industria, y en consecuencia hay un conselleiro que dispone de un presupuesto del que quedaron sin invertir en 2020 una parte muy significativa de sus 600 millones de €. Esto es especialmente grave, porque la Xunta anunció que haría causa común con la plantilla del astillero, de manera que en el denominado Pacto de Estado por Ferrol recogen todas las demandas de los sindicatos, sin que hasta la fecha el gobierno de Alberto Núñez Feijoo haya dado ningún paso para materializar estas promesas (las podemos leer en la página 39 del citado documento). En vez de un apoyo moral, que es fácil y gratis, o de poner deberes a otras administraciones, que es igual de fácil y barato, la Xunta debe comprometerse a cofinanciar la obra; eso es lo que se debe esperar, dada las competencias autonómicas que posee.

 

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