«En tiempos oblicuos»

 

   Julia Mª Dopico Vale                                                                                                                                                   “A los amores rotos que tanto me enseñaron”.

«En tiempos oblicuos (Kaderim) «- “mi destino”– es el título de la última novela escrita por la compositora y filóloga coruñesa María del Pilar Couceiro, que tuve el honor y placer de presentar esta semana en la Biblioteca Municipal de Ferrol y en la librería Arenas de A Coruña acompañando a la autora del libro cuya acción transcurre en Turquía, concretamente en las ciudades de Esmirna, la “perla del Egeo” y Estambul, la antigua Bizancio, crisol cultural y étnico, ciudad cosmopolita a la que acude en la novela Elena de la Gándara para impartir un curso de literatura, si bien son tres los narradores que “crean un fino rompecabezas que sólo encaja al final”, como apunta en sus líneas de excepcional prólogo “Misterios literarios verdaderos” el catedrático J. Ignacio Díez.

Depuradísimo lenguaje que incluye giros coloquiales y expresiones en griego y turco a lo que se suma la sublimada poesía “salvadora de almas”: “Canta, rapsoda, canta. /Canta la historia inversa/los muertos esparcidos que aún alientan/invadiendo tus noches/las viejas certidumbres de nostalgia, las dudas nuevas…”.

Un deleite a través de la absorbente trama emocional, resultando el amor (no sé si el amor mueve al mundo, pero sí lo conmueve) el componente esencial. “Una escritora y profesora de literatura en busca de personajes perdedores; una mujer engañada; un hombre vencido por la vida; una pareja manipuladora; unas figuras desplazadas socialmente por sus opciones de género; dos seres protectores desde la muerte y una serie de circunstancias, a veces rozando lo inverosímil, conforman un relato en el que el bien y el mal; la amistad y el amor; la ficción y la realidad…”  transcurren a través de la narración gozosa magistralmente compuesta en un trayecto que les conduce a….su destino?. “Yo te buscaba y llegaste/ y he refrescado mi alma que ardía de ausencias”, escribía Safo, una de las más grandes poetisas de la antigüedad. Una búsqueda que sugiero y a la que merece aproximarse.

 

 

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