Y digo yo/ ¿A quién premia la sociedad vasca?

Javier Cámara-(Jefe de area de El Imparcial)

Las elecciones en el País Vasco venían marcadas por un hecho insólito, que no del todo tranquilizador: se trataba de los primeros comicios sin la amenaza de ETA. Aunque es debatible si el anuncio de abandono «definitivo» de su «actividad armada» realmente ha dejado fuera de juego e influencia en la ciudadanía a la banda todavía armada, hace mucho tiempo que no hay atentados e, indudablemente, parece un paso en la buena dirección. Satisfacción, pues, para una clase política que ha luchado contra ese terrorismo y para un pueblo que, dicen, vive un poco más en libertad.

Pero se votó y lo cierto es que los resultados han sido bastante claros. Nada que objetar al proceso, las urnas han hablado y un porcentaje elevado de ciudadanos quiere que políticos nacionalistas —y no representantes del ala constitucionalista— dirijan sus designios. Esta circunstancia plantea una pregunta inquietante: ¿A quién ha premiado la sociedad vasca porque se haya luchado contra ETA?

A formaciones como PSOE o PP desde luego que no. También es cierto que arrogarse el final de ETA, atribuirse el mérito del fin de la violencia con palabras como «el futuro dirá: esto lo hicieron los socialistas; somos nosotros los que hemos luchado por la paz y la libertad y la hemos conseguido» no ayuda mucho a pensar en la honestidad de un partido preocupado por colgarse la medalla y que lamenta después la falta de apoyo electoral.

No cabe ninguna duda de que el gran beneficiado electoral ha sido el PNV, que recupera su tradicional posición dominante, pero la victoria moral —y esto sí es alarmante— se la queda EH Bildu, curiosamente los que no han condenado la lucha armada y los atentados que han provocado más de 800 muertos durante 50 años.

Y digo yo: ¿Qué quiere decir esto, que una parte nada desdeñable de los vascos da por bien empleada la lucha armada o que ha esperado a este «anuncio a medias de retirada» de la banda para apoyar consignas independentistas? ¿A quién dan su confianza los vascos, a  los que no han querido la paz? ¿Legitima a ETA estos resultados? ¿Cuántos votos del PSE y PP se han ido al PNV para darle una utilidad más palpable contra el crecimiento de Bildu?

Nada, ni siquiera unas elecciones democráticas, puede hacer que el asesinato, el secuestro, la extorsión y la amenaza queden justificados conforme a las leyes. Un proceso electoral no debe «blanquear» años de muerte. La única carta de legalidad que puede conseguir ETA es la que lleve a los terroristas a la cárcel. Pero, obviamente, no todo el mundo piensa así. Este es mi lamento.

A la espera de más datos sociológicos que arrojen luz sobre los intereses reales de los votantes en el País Vasco, resulta preocupante pensar en el día después a que Rajoy y los distintos órganos de Gobierno concernidos den su, como no puede ser de otra forma, constitucional “no” al  intento de independencia que el nuevo Gobierno vasco proponga.

Pero, claro, también es alarmante que desde el Gobierno central y los órganos de Justicia se siga el juego a ETA al dejar libre a un etarra enfermo terminal de cáncer que para su recuperación se va de bares con sus amigos. No sé qué cara se le habrá quedado al responsable último de poner en libertad al carcelero que quería matar de hambre a Ortega Lara. A los demás nos puede el abatimiento.

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