Gregorio

Antonio Miguel Carmona- (Director Diario Progresista)

Cabía en su hablar el reposo necesario de aquellas personas que saben mucho más de lo que cuentan. Gregorio Peces Barba iluminaba a todo el que le escuchaba y de su voz salía, además de sabiduría, el consejo necesario en tiempos como estos.

Se celebra en el Congreso de los Diputados por parte del PSOE, promovido por los socialistas madrileños, un homenaje a Gregorio Peces Barba que, a pesar de la brillantez de sus ponentes, merecería hacerse todos los años.

Sí, se nos queda corto el relato cuando hablamos de aquel al que muchos le conocieron como defensor de tantos en el infausto Tribunal de Orden Público del régimen anterior. Gracias a él muchos de los nuestros pudieron librarse o reducir su pena.

Creador de Cuadernos para el Diálogo (qué necesaria sería esa publicación hoy en día), militante socialdemócrata, afiliado al PSOE a principios de los ochenta, fue considerado como uno de nuestros grandes juristas de nuestro tiempo.

Padre de la Constitución, ha sido uno de sus mejores intérpretes, sopesando a cada instante el significado de cada artículo. Su cátedra era un nido de doctorandos deseosos de que fuera don Gregorio quien le dirigiera la tesis.

Dejó escuela y amigos porque, he aquí un mérito, todos sus alumnos acabaron siendo admiradores y testigos del viejo profesor, no por edad, sino por conocimiento.

Presidente del Congreso de los Diputados, no hubo parlamentario alguno que votara en contra de su candidatura. Testigo de grandes cambios durante la primera legislatura socialista, volvió a la cátedra y se hizo con el mandato, con la aventura académica, de hacer una universidad de prestigio.

El Rectorado fue todo para él. Un hombre digno, culto, honesto, que dirigió la Universidad Carlos III convirtiendo las aulas en luz y las clases en vanguardia. No hay alumno que no se sienta orgulloso de sus palabras.

De Gregorio nos quedan muchas cosas. Entre ellas, su familia, a la que tanto queremos, por ser ellos mismos como son y porque nos trae el recuerdo de un hombre que escribió las más brillantes páginas del socialismo español.

 

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