Noruega solicita información a Navantia sobre un barco de apoyo logístico y submarinos

Según informa «Infodefensa» Navantia ya ha enviado a la Armada de Noruega una nueva propuesta para la fabricación de un buque de apoyo logístico similar al Cantabria español. Los astilleros públicos vuelven así a entrar en la pugna por ese contrato, después de que todas las propuestas iniciales al concurso fueron descartadas debido a que sobrepasaban el coste de 150 millones de euros fijado por la Marina nórdica.

Los requerimientos del país para su nuevo buque militar eran muy altos, ya que además de las características generales de un barco de apoyo, la Armada pedía también una estructura con doble casco para cumplir con las exigencias medioambientales, amplias bodegas para el transporte de carga rodante y un hospital. Tras haber dejado el concurso desierto, la Marina noruega ha reabierto el proceso, en el que ha rebajado sus requisitos iniciales.

Aunque el Ministerio de Defensa del país no se ha pronunciado oficialmente sobre si ha invitado a participar a las mismas factorías en el concurso -entre ellas francesas, alemanas e italianas- en círculos navales españoles se da por hecho que Navantia contará con una gran competencia, aunque cuenta con la baza de que los astilleros ferrolanos han sido los constructores de la serie de cinco fragatas para la Armada noruega y ha logrado un encargo para el mantenimiento y actualización de estos buques.

El concurso  ha generado grandes expectativas en la comarca gallega, ya que, de ganarse el contrato, supondría carga de trabajo directa para las factorías de la ría.

Otro de los países interesados en dotar a su Armada de un barco de apoyo logístico es Australia, hacia donde navega en estos momentos el buque Cantabria para desplegarse durante este año 2013 junto a la fuerza naval de la Real Marina Australiana. Este despliegue se enmarca en un acuerdo de colaboración firmado en julio por las Armadas de ambos países y, sin duda, servirá para que los marinos australianos comprueben las capacidades del barco español de cara a su posible adquisición de un buque similar.

También propuestas de submarinos

Noruega está valorando si alargar la vida operativa de sus submarinos de la clase Ula, encargar unos nuevos o hacer ambas cosas. Para ayudar en su decisión, cinco astilleros internacionales, entre los que se encuentra la española Navantia, acaban de presentarle sus propuestas. Previamente, el pasado mes de septiembre, el Ministerio de Defensa noruego les había solicitado esta información.

Los seis sumergibles de la clase Ula alcanzarán el final de su vida operativa tras el año 2020. Por este motivo, el Ministerio de Defensa del país lleva un tiempo trabajando en un estudio que determinará en 2014 cuál es la mejor opción. El resultado de ese estudio será clave para que el Parlamento noruego pueda autorizar un proyecto de inversión en submarinos previsiblemente en el año 2017.

Noruega solicitó información

En el marco de este trabajo las autoridades del país nórdico solicitaron hace tres meses la mencionada información a cinco astilleros preseleccionados: DCNS, de Francia; Fincantieri, de Italia; Navantia, de España; ThyssenKrupp Marine Systems, que representa Kockums, ubicada en Suecia, y HDW, de Alemania; y Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering, de Corea del Sur.

Todas ellas han entregado ya sus respuestas y la documentación requerida a la Organización Logística de la Defensa Noruega (NDLO por sus siglas en inglés). Los representantes de los astilleros mencionados se desplazarán a Noruega el próximo mes de febrero para presentar y aclarar estas informaciones en caso necesario. Todo el material entregado será minuciosamente revisado y analizado durante los próximos seis meses.

Posteriormente, el Ministerio Defensa noruego elaborará sobre la base de esta información un resumen detallado con los costes, el rendimiento, el tiempo de producción estimado y otros aspectos esenciales relacionados con una posible adquisición de nuevos submarinos.

La información entregada por estas industrias es solo uno de los distintos pasos importantes que se están dando para decidir entre un programa de extensión de la vida útil de los submarinos o la construcción de otros nuevos, según el Ministerio de Defensa del país. En este sentido, informa, se están manteniendo conversaciones con las autoridades de otros países por si es posible alcanzar algún tipo de cooperación que permita ahorrar costes y aprovechar sinergias.

Un proyecto de 2.000 millones

Tanto si la decisión final pasa por ampliar la vida útil de los Ula, como si se opta por la adquisición de una nueva clase de sumergibles, el proyecto se estima que supondrá un desembolso de entre 2.500 y 3.500 millones de dólares (entre 1.900 y 2.700 millones de euros al cambio actual). La tercera opción sería renovar parte de los sumergibles actuales y adquirir uno o dos más de nueva generación.

De momento, el Ministerio de Defensa de Noruega está ampliando la vida útil de sus seis Ula para que puedan operar hasta el año 2020, en unos trabajos que comenzaron en 2008 y se completarán en 2014.

Algunos informes elaborados por Noruega destacan la importancia de mantener una flota de submarinos y no seguir los pasos de la vecina Dinamarca, que en 2004 suspendió la actividad de sus sumergibles de las clases Narhvalen, Tumleren Kobben y Kronborg.

Su Gobierno apoya totalmente el punto de vista  militar, que considera que una flota de submarinos es el elemento disuasorio más efectivo y el mejor recurso de inteligencia para proteger las costas de Noruega y la soberanía en sus territorios del Océano Ártico.

Navantia, cuyos astilleros de Cartagena están construyendo los nuevos submarinos clase S-80 para la Armada española, lleva un tiempo trabajando en una oferta para Noruega, según confirmó hace unos meses el jefe de Programa S-80, Donato Martínez, .

Noruega constituye un caso aparte en la coyuntura de recortes en Defensa en la que están inmersos la mayoría de países de Europa, ya que su presupuesto militar sigue aumentando. Este año 2013 está previsto que crezca un 1,4%, hasta alcanzar los 5.600 millones de euros. Se trata de una excepción incluso entre sus saneados vecinos nórdicos, que este año o bien están bajando sus partidas militares (Dinamarca y Finlandia) o las mantienen en los niveles de 2012 (Suecia). La fórmula noruega de éxito tiene forma de barril de petróleo. La  producción de hidrocarburos le permitió obtener en 2012 un superávit presupuestario de unos 33.500 millones de euros.

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