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Manuel Molares do Val-(molares@yahoo.es-cronicasbarbaras.es)
¡No insulten!, debería decirle a los españoles el comisario europeo de Empleo, László Ándor, que le propuso a España establecer un contrato único para los trabajadores con indemnizaciones por despido crecientes según el tiempo trabajado, y derogar la cuarentena de contratos actuales.
No insulten las izquierdas y los sindicatos españoles porque Ándor no es de derechas, sino un socialdemócrata húngaro e ideólogo del socialismo europeo que está más cerca de Rubalcaba que de Rajoy.
Su propuesta acaba de ser condenada sin estudio alguno por la izquierda, pero también por Mariano Rajoy, su ministra de Empleo, Fátima Báñez, y la CEOE.
Tampoco gusta lo que dice el exdirigente socialista Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión y comisario de la Competencia, cuando advierte que Rubalcaba yerra al pedir 30.000 millones de euros europeos para crear empleo con un nuevo “Plan E” zapaterista.
Fondos que luego chupan por el camino los subvencionados sindicatos y organizaciones empresariales sin resultado positivo, como han hecho durante tantos años.
El «contrato único abierto» frenaría el desempleo, especialmente juvenil, “y acabaría definitivamente con la segmentación del mercado laboral”, según Ándor.
“¿En qué país europeo hay contratos así?”, se pregunta el PSOE, irritado con su compañero de la Internacional Socialista.
La respuesta es que, aunque de momento ninguno, los visionarios nórdicos tienden ya a ello.
La pregunta debería ser al revés, como dice UPyD, el único partido que apoya la idea de Bruselas: “¿En qué país europeo hay un desempleo oficial del 27 por ciento y alrededor del 50 por ciento el juvenil, cuando los que peor están tienen la mitad?”
La gran verdad: con la cuarentena de contratos actuales se mantiene el ciego proteccionismo franquista, derivado de la burocracia multisecular española.
“That’s all folks”, como dice Bugs Bunny para concluir.
