Emotivo funeral a los militares muertos en la base de Viator (Almería)

homenajeLa base ‘Álvarez de Sotomayor’, en Viator (Almería) ha despedido con honores a los tres suboficiales del Cuerpo de Ingenieros de la Brigada de la Legión (Brileg) fallecidos en acto de servicio por una explosión registrada en el acuartelamiento.

Durante un emotivo funeral, se ha destacado su «excelencia» como militares y su «reconocida experiencia» como artificieros, así como los «años de entrega» materializados en más de una veintena de misiones internacionales a sus espaldas, «desafiando a la muerte para salvar vidas».

En la ceremonia religiosa que ha oficiado el arzobispo castrense, Juan del Río, y a la que han asistido el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, el jefe de la Brigada de La Legión, general de Brigada Juan Jesús Leza, ha destacado que los tres murieron «cumpliendo una misión» como «prestigiados» desactivadores y ha ensalzado su labor «al servicio de España».

«No se puede decir más de un militar«, ha subrayado para, a continuación, señalar que eran «discretos, como todos los zapadores», unidad a la que pertenecían, y, «sobre todo, maravillosas y buenas personas«. Al tiempo, ha dirigido palabras de aliento a los allegados y ha advertido de que un legionario «jamás abandona a un hombre en el campo, como tampoco a familias». «A la voz de ‘A mí la Legión’, sea donde sea, acudiremos todos«, ha afirmado.

«Cuando ponían en riesgo sus vidas, seguían siendo hijos, maridos, hermanos de vosotros, sufridas familias, a las que adoraban«, ha dicho.

El general de Brigada Leza, quien ha trasladado que los brigadas Manuel Velasco y Antonio Navarro y el sargento Francisco Prieto serán «añorados siempre, y nunca olvidados«, ha hecho un llamamiento a «cubrir huecos, cerrar filas y levantar las cabezas para cumplir con el deber». «Ni un paso atrás, legionarios, nos crearon para ser útiles a España y servir a las órdenes de su Gobierno», ha exclamado. Después, ha sido el encargado de hacer entrega a las familias de las banderas de España que cubrían los féretros con los restos mortales de los tres suboficiales condecorados.

Los funerales, que han congregado en el Patio de Armas del acuartelamiento de Viator bajo un cielo plomizo a autoridades civiles y militares, entre las que figuraban el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Fernando García Sánchez y el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), el general de Ejército Jaime Domínguez Buj, ha contado con la formación de una compañía de honores, que ha realizado una descarga de fusilería antes de la formación de los once guiones del tercio a toque de oración.

En la homilía, el arzobispo castrense, Juan del Río, ha coincidido en lamentar lo «imprevisto y repentino» de las muertes, «que vinieron en un lunes de tinieblas» y ha señalado que el «honor con el que ellos vivieron la milicia, trasciende el dolor del momento«. En esta línea, ha subrayado el «trabajo anónimo pero imprescindible» que realizaban «en esa guerra asimétrica contra el terror» y ha expresado su convencimiento de que su trayectoria «constituye una escuela de valores para futuras generaciones».

A los familiares y compañeros, Del Río les ha dicho que «no están solos en los momentos de dolor y pena» y les ha dedicado palabras para darles «aliento y reconfortarles«. «Para un legionario la muerte no es un tabú. Hay que recomponerse, no estar deshechos porque ellos quisieran verles con valentía, entrega y alegría, como ellos vivieron«, ha asegurado.

También ha aludido a los dos militares que resultaron heridos en la detonación, la cabo primera Escámez, de levedad, y el sargento Francisco González, quien aún permanece ingresado en la UCI del complejo hospitalario de Torrecárdenas, a los que ha deseado una «pronta recuperación».

Condecoraciones

Durante las honras fúnebres, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha impuesto la cruz del mérito militar con distintivo amarillo concedidas a título póstumo a los tres fallecidos. Morenés también ha depositado sobre los féretros de los dos brigadas Antonio Navarro García y Manuel Velasco Román la Cruz al Mérito Militar con distintivo azul y con una Citación como distinguido en la Orden General, respectivamente, concedidas ambas antes de su fallecimiento.

En el caso del brigada Navarro García, la concesión destaca «su intervención al desactivar un IED (artefacto explosivo improvisado por sus siglas en inglés) cuando era jefe del Equipo de Desactivación de Explosivos en la base de Ludina».

El expediente recoge que «aseguró la zona, evitó poner en riesgo al personal desplegado y procedió a desactivar el artefacto manteniendo en todo momento la serenidad«. «Su maestría permitió además conocer de forma más detallada los procedimientos del enemigo, elevando así el nivel de instrucción de nuestras fuerzas«, agrega.

Por su parte, a Velasco Román se le había propuesto para una Citación como distinguido en la Orden General «por la desactivación de un artefacto explosivo con disparador de radio control (RCIED) en la ruta ‘Sulphure’, en la zona de Jakane». El brigada Velasco era jefe del equipo de desactivación de explosivos y con esta citación, según el ministerio, se le reconoce «su valor, serenidad y calma mantenida durante la desactivación».

El jefe de la Brigada de La Legión, general de Brigada Juan Jesús Leza, ha concedido, asimismo, al sargento de Ingenieros Francisco Prieto una «felicitación» por su labor de adiestramiento y de desactivación de artefactos explosivos en el campo de maniobras de la base ‘Álvarez de Sotomayor’.

Los momentos más emotivos de la ceremonia, en los que algunos militares que integraban las filas en formación han roto a llorar, se han vivido cuando los guiones de la Legión han rendido honores a los fallecidos con el himno nacional y durante el traslado de los restos mortales a los tres suboficiales a los coches fúnebres, momento en el que se ha entonado el himno legionario ‘El novio de la muerte’.

Morenes, quien junto a Griñán ha trasladado sus condolencias en dos ocasiones a los familiares, les ha transmitido el pésame de la Casa Real que le hizo llegar Don Felipe, ya que ningún miembro ha podido acudir. El Príncipe se encuentra viajando de regreso a España desde Ecuador, donde este viernes acudía a la toma de posesión de su presidente, Rafael Correa, y el Rey Juan Carlos continúa recuperándose de su última operación de espalda y por el momento no ha realizado ningún viaje oficial.

Asimismo, el ministro de Defensa también ha trasladado a los familiares las condolencias del portavoz de Defensa del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, en nombre del partido socialista.

Un juez togado militar está a cargo de la investigación para averiguar las circunstancias y las causas de la explosión, de la que el Ejército de Tierra no ha hecho público ningún detalle. Según fuentes de la investigación, la deflagración pudo ocurrir cuando los militares trasladaban material explosivo, que detonó al ser manipulado. Los funerales han podido ser oficiados después de que la juez de instrucción en funciones de guardia cuando se produjo la explosión autorizase la entrega de los restos mortales tras finalizar las labores forenses para su «plena identificación».

 

 

 

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