Ferrol, fuera automóviles

barcon-1Carlos Barcón-LA OTRA ORILLA

¡Qué alivio haber dejado el coche!, tras el coñazo del mismo, especialmente a la hora de poder aparcar en el centro de la ciudad, y sobre todo de quitarnos de encima mas de una multa, y no te cuento de pequeños arreglos y adquisiciones de nuevos recambios, y abono del tradicional impuesto municipal y del seguro, que no eran moco de pavo y ser ahora un simple peatón sin marcha atrás, sin volante y sin embrague.

Y que bueno, para los que no tenemos coche, claro, el poder disfrutar a todo lo largo y ancho, de las muchas calles, llamadas pea-to-na-les que más parecen un desierto que calles, pero que no perjudican a la salud, porque de lo que se trata es de andar… aunque a lo que se anda ahora mismo es a fastidiar a unos y a otros, ya que la idea de eliminar de la ciudad, del centro más bien, la molestia de una circulación congestionada y congestionante, en principio, parece buena, pero desde la abstracción a la realidad hay un salto que no puede darse de una forma que a algunos les parece irresponsable. O, cuando menos, poco meditada.

Un Concello que cobra una exacción a sus conciudadanos por el derecho de aparcar su coche, no puede a continuación limitar seriamente ese derecho despues de haberse embolsado el importe correspondiente.

Un Ayuntamiento que hace soportar a sus vecinos -sobre todo a los del centro- todas las incomodidades para que otros vecinos se beneficien de la paz y tranquilidad, comete, de pronto, una indiscriminación indefendible.

Un Ayuntamiento, en fin, que no parece tener una idea clara de la solución del problema que no admite improvisaciones, que no valora bien los pros y los contras en este perjuicio, se hace acreedor a la crítica.

Muchos dirán, posiblemente,  que peatonalizar el centro de Ferrol, sobre todo el Barrio de la Magdalena, es sencillamente imprescindible, pero sin olvidar que es un barrio vivo – .. hasta ahora,  que la gente lo habita, compra -cada vez menos- pasea por el mismo…. pero no lo podemos convertir en un desierto aislado y hostil al ciudadano.

La peatonalización supone de entrada una supresión de plazas de aparcamiento en superficie y esa poca superficie que nos vá quedando, ya muy limitada, se nos ocupa con el cierre de varias calles para otros servicios…. y no digamos del problema existente para entrar o salir de Ferrol a personas que nos visitan.

El panorama está a la vista…. y los más perjudicados, nuestro ya cada día mermados comercios, que tienen como solución el continuado cierre de los mismos.

 

 

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