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El colectivo vecinal formado a mediados del año 2013 -que había conseguido a la sazón más de 700 firmas demandando la ejecución del proyecto de la carretera Ares-Chanteiro- retoma las acciones para exigir el cumplimiento de este compromiso por parte de la Diputación de A Coruña.
Este colectivo, formado por la vecindad de Lubre, Cervás y Chanteiro, venía denunciando desde hace años la peligrosidad de esta carretera para la circulación de personas y vehículos; así como los continuos accidentes que se produjeron en la misma; derivados del reducido ancho de la carretera y, de forma última, del recrecimento del firme que se le echó hace más de un año. De hecho, la salida de vía fue el denominador común de los accidentes producidos.
Precisamente, el accidente producido el pasado domingo -que se saldó con una persona fallecida y dos heridas- hizo saltar todas las alarmas de la vecindad que, como dijimos, estaba alertando de que una situación de estas era predecible. Por eso, desde el máximo respeto y dolor por la persona fallecida y la su familia, el colectivo vecinal decidíó no permanecer callado, en la conciencia de que este tipo de sucesos no se habrían producido en el caso de que se hubieran abordado las obras que llevan comprometidas desde hace más de cinco años.
Con esa idea, se convoca para el próximo domingo día 25 una concentración que se desarrollará a partir de las 12 en la Plaza de la Iglesia de Cervás; a la que convidan no sólo a la vecindad de los lugares afectados, sino al conjunto de la sociedad aresana.
«Entendemos-señala el colectivo- que es hora de que la Diputación de A Coruña concrete de una manera clara la inversión y los plazos para la ejecución de esta obra, para garantizar la seguridad vial de las personas usuarias del vial. Y lo hacemos desde el convencimento de que no existen problemas ni técnicos (el proyectos está redactado desde hace cinco años) ni tampoco económicos, dado que es público y notorio que la Diputación presume de no tener endeudamiento alguno. Por lo tanto, lo que falta es voluntad política; y pensamos que la defensa de la seguridad -de la vida, al fin y a la postre- es deber de una institución pública que verdaderamente mire por los intereses de la gente
