Burgoa y Aracil presentan un interesante trabajo sobre el Monasterio de Montefaro


montefaro-libroUna nueva publicación  sobre “ El convento de Santa Catalina de Montefaro. Una fundación de Fernán Pérez de Andrade” de la que son autores Juan José Burgoa y Carlos de Aracil acaba de salir a la luz de la mano de la editorial ”Espino Albar”, de Pontedeume y será presentada en el mes de septiembre en la villa eumesa. Se trata de una obra más de Aracil&Burgoa en su labor de defensa del Patrimonio Cultural de Ferrol y comarca.

La publicación, acompañada de unas interesantes gráficas, pretende dar a conocer la importancia del convento de santa catalina de Montefaro dentro de la península de Bezoucos, hace una síntesis de su historia y sus características arquitectónicas y artísticas recorriendo  las partes más importantes de la iglesia y dependencias monasteriales que se conservan, incluyendo altares, claustros y elementos heráldicos.

Impresionante marco geográfico a mas de 250 metros sobre el nivel del mar, la cumbre de Montefaro que domina las rías de Ares, Pontedeume y Ferrol. El nombre de Montefaro recuerda el faro o señal luminosa que servía para quía de navegantes y donde, según la leyenda, sus pobladores habían erigido un templo al sol.

En la publicación se detalla como Fernán Pérez de Andrade, “o bóo”, señor de Pontedeume y fundador del convento de Santa Catalina de Montefaro promocionó  la producción artística como un signo de su poder, dejando constancia de su presencia a través de su emblema heráldico o por los símbolos del oso y el jabalí.

El convento de Montefaro se fundó en el año 1393 con fines devocionales  y hospitalarios, patrocinado por los prelados de Compostela y de Mondoñedo. Pronto creó importante patrimonio, mediante rentas  de Mugardos, Ares, Neda, Pontedeume y Miño, incluso de propiedades en Ferrol y a Coruña.

La Desamortización del año 1895 fue nefasta para el patrimonio cultural gallego. En el año 1837 los religiosos fueron expulsados de Montefaro y en el 1849 entregado al Ayuntamiento.

En el año 1897  se cedió al Ministerio del Ejército. Se hicieron obras y se modificó su compartimentación, llevando luego a cabo alguna obra de restauración. En enero de 2000  Defensa autorizó al Concello de Ares el uso para fines públicos del convento.

Tras su paso a propiedad militar notables restos arquitectónicos y escultóricos medievales fueron llevados al Museo Arqueológicos de San Antón, en A Coruña.

En opinión de los autores el convento de Montefaro es «un mal ejemplo de la integridad y la autenticidad de un Bien de Interés Cultural, tanto por el abandono sufrido durante la Desamortización , como por las obras y modificaciones  derivadas del uso militar y por la escasa atención recibida del Concello de Ares».

Burgoa y Aracil  indican que es urgente que el Estado y la Xunta de Galicia  realicen el oportuno Plan Director de Rehabilitación y Usos  que incluya las obras necesarias de rehabilitación y restauración, así como su posterior puesta en valor.

 

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