El patio de recreo del cole de la Plaza de Armas

Arán López Martínez

Desde que somos pequeños nos marcan límites, líneas que no debemos traspasar, nos dicen lo que está bien y lo que está mal. Nos enseñan que en caso de hacer lo segundo tendremos consecuencias.
No hacer los deberes, está mal. Reírse o mofarse de la gente, está mal. Contar mentiras, por supuesto, está mal también.

Cualquiera de nosotros que hiciera algo de esto en el cole tenía su «carita triste» o su mala nota. Se quedaba sin recreo o tenía que hacer copias, además de recibir la regañina del profesor y al llegar a casa también la de los papás.  Ahora, desgraciadamente, los ferrolanos y ferrolanas llevamos mucho tiempo poniendo caritas tristes a causa del gobierno municipal de Ferrol.

Se ve que en el cole de la Plaza de Armas no saben de lo que estoy hablando. No son conocedores de las líneas que no se deben traspasar y dudo mucho que sepan distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. De lo contrario, tienen muchas cosas que explicar.
Pues a lo que nos tienen acostumbrados los «alumnos» del gobierno municipal, es que no pasa nada si no haces los deberes, siempre puedes decir que los tendrás mañana, pasado o algún viernes de algún mes, o en su defecto, centrarte en el curso que viene, porque los deberes de este año ni los quieres hacer, ni los vas a hacer.

Este«cole», no es un cole al uso. Tiene sus particularidades, sus diferencias, que lo hacen especial, me atrevería a decir que en cierto modo tiene un toque de tragicomedia de la Grecia clásica . Aquí el delegado no es quien más votos tiene, el recreo en la cafetería dura más que ninguna clase y el uso de uniforme no está a la orden del día.

Desde mi humilde opinión, Ferrol se merece otros alumnos, los Ferrolanos nos merecemos unos alumnos de matrícula de honor.

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