No bico un cantar


                                                                                                                  Ai!, dos que levan na frente una estrela
                                                                                                                  Ai!, dos que levan no bico un cantar.

Julia Mª Dopico Vale

Estos-de dolor-hermosos versos, son los que designan la iniciativa que surge no Consello da Cultura Galega con el fin de fomentar la música y la poesía de Galicia entre los niños y jóvenes, hecha realidad en su 5ª Edición el viernes pasado esta vez en Mondoñedo- “monte de fuentes y ríos”- en maravilloso concierto de estremecedoras voces blancas procedentes de escuelas y conservatorios de Galicia , también del Xan Viaño de Ferrol. Todos acompañados por el Quinteto de Metales Hércules Brass pusieron melodiosa voz a los versos de autores nacidos en este lugar de espiritualidad y silencio, de piedras seculares en su Catedral, en el Seminario de Santa Catalina o “na Ponte do Pasatempo” (na que se paseaban, según García Dóriga, catro cabezas de vento…).

Lugar de causas y consecuencias que elocuentemente se pronuncian esta vez en los poemas de Cunqueiro, Díaz Jácome, Iglesia Alvariño, Pulpeiro y Noriega Varela, dejando bien patente la trascendencia cultural que emana de la que un día fue capital del antiguo Reino de Galicia.

Poetas musicados originariamente por Batallán, Toldrá, Paz Valverde y en estreno absoluto Nico Casal y temas como No niño novo do vento – quen poidera namorala-, As froliñas dos toxos- dos toxales as tenues froliñas, que sorríen a medo, entre espiñas…-, O neno durmía-no colo da noite-, ¡ Non o sei!- ¿ Qué agardan os probes, que a fouce no abranguen..?- y Neniae- adormeceu nos meus brazos como una estrela no río-, versionados para la ocasión por el Maestro Juan Durán, el compositor que con más fuerza- y delicadeza- se pronuncia en nuestro panorama compositivo actual.

La batuta de Zumalave, esa que “coas suas mans do silencio arrinca a mais pura poesía”, así descrita por Eva Veiga, hizo el resto, el milagro de esta música que culminó con lo que ya puede considerarse un clásico de “No bico un cantar”, el Maio Longo rosaliano que “cubrió de rosas” la cita anual con lo que nos es tan nuestro. Un trabajo estupendo por parte de todos haciendo posible el emocionante, tierno, elocuente…cantar!

 

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