La intrepidez, la prudencia y la cobardía

Texto y fotos Manuel Galdo
Estoy plenamente convencido de que en los tiempos que corremos tres son las opciones posibles de nuestras actitudes ante la realidad que nos toca vivir y en esta tesitura podemos actuar con intrepidez, prudencia o cobardía.

Digo esto pensando en la situación de crisis generalizada que nos toca vivir a los ferrolanos, de la que no acabamos de salir, y pienso también en nuestra crisis particular provocada quizás por ese monocultivo industrial que padecemos y practicamos ya que no tenemos los arreos necesarios, valentía vamos, para afrontar esta calamitosa situación y poder así salir airosos de ella.

Seguro que esto no es ninguna novedad para vosotros, es de sobra conocido, pero ante esta amalgama de posibles formas de actuación que tenemos, podemos convenir que en el último grupo hemos de incluir a muchos, demasiados diría yo, pero de todos es sabido que: “O que ten cu ten medo” y a la hora de arriesgar, ummm, mejor que lo haga otro.

En el grupo de los prudentes, una postura lógica teniendo en consideración la situación de critica que padecemos, habrá que incluir a bastantes más que en el caso anterior, pero nada que objetar, la prudencia es una virtud, en este caso todavía más, y hasta puede ser recomendable practicarla.

Pero por suerte aún queda algún intrépido capaz de echar por tierra mis afirmaciones, tal es el caso de Marcos García, un joven emprendedor, avezado artesano y músico, que se atreve a hacer frente a la situación que vivimos con la apertura de un establecimiento dedicado a tienda-taller para la fabricación de gaitas, o lo que es lo mismo un “Obradoiro de gaitas”.

Esto no es fruto de la casualidad, Marcos, director y componente de los grupos Agarimo y Os Estrobos, tiene delante de si un nuevo desafío del que sin duda habrá de salir airoso, ganas no le faltan, pero además tiene a su favor el profundo conocimiento de ese mundo en el que ahora comienza una nueva andadura comercial basada en los conocimientos que heredó de su padre por una parte y de su amigo Tonecho Varela por otra, fueron ellos quienes le inculcaron los conocimientos necesarios. De su padre heredó las dotes musicales y la sensibilidad suficiente como para sentir la música gallega como suya, y de su amigo Tonecho el arte y la experiencia necesaria como artesano gaitero.

Lolete (DEP), su padre, y Tonecho (DEP) su amigo y tutor, fueron sus pilares. Con ellos adquirió el sentido musical y el oficio, él aportará la experiencia adquirida junto a ellos y su entusiasmo por el cometido que desde ahora va a desarrollar: El “Obradoiro de gaitas” de Marcos García empieza su andadura.


Maderas especiales como el Buxo o el Granadillo, u otras mas “nobles” como el Palo de Santo o el Ébano, son la materia prima que utiliza para la fabricación de las gaitas que son elaboradas de forma artesanal.

Los punteros han de ser necesariamente iguales por razones lógicas de afinación, caso distinto son el resto de las partes de que se compone una gaita: La ronquilla, el ronquete, el chillón pequeño y es aquí donde la impronta del artesano toma un carácter especial, hasta el punto de que Marcos, aun siendo cada gaita una pieza única, es capaz de diferenciar las que están fabricadas por él de cualquier otra.

Otros materiales como el latón, el marfil (imitación) o la plata son utilizados en forma de anillos para embellecimiento del roncón y otros componentes, el terciopelo, telas varias de diferentes colores, texturas y calidades a gusto del consumidor y goretex para la confección del fuelle son utilizados para la fabricación del instrumento.

Una gaita gallega, de calidad, fabricada por Marcos la puedes adquirir desde 900 €, el precio que variará en función de los materiales elegidos, pero siempre será una gaita exclusiva con independencia de que te interese personalizarla o no.

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