Separatismo contra los separatistas

Manuel Molares do Val-

Las áreas en las que triunfó el jueves el constitucionalismo en Cataluña, en la franja costera de Barcelona y Tarragona, crece el número de españolistas que llaman Tabarnia a esa región para la que reclaman el “derecho a decidir” independizarse de Cataluña y ser una nueva Comunidad Autónoma.

Con la excepción del constitucionalista Valle de Arán el independentismo ha triunfado en el interior, en tierra de payeses con sus 20 millones de cerdos subvencionados que consumen los 47 millones de españoles anualmente; hasta en esto dependen de España y de las ayudas de la UE.

El “España nos roba” de los independentistas es para los tabarneses “Cataluña nos roba” porque “somos víctimas del expolio fiscal de la Generalidad” en favor del independentismo en Lérida y Gerona.

Y presumen de Tabarnia como la zona más rica y poblada de Cataluña, la más cosmopolita y mayoritariamente castellanohablante.

Según la presidenta del autonomismo barcelonés, la historiadora y profesora Carla Arrufat, “sólo Barcelona y su área metropolitana aportan el 87% de los ingresos de la Generalitat y únicamente reciben el 59%”.

Los tabarneses asustan tanto a los independentistas que les retiran constantemente las alusiones al territorio en la Wikipedia, aunque Tabarnia y su definición aparecen –de momento–en la versión valenciana.

Si el “prosés” o “prusés” se basaba en el “derecho a decidir” los tabarneses dicen lo mismo: “Exigimos el derecho a decidir”, y cuando los nacionalistas se lo niegan apelan a que “la Generalidad no será demócrata impidiéndonos votar la separación, que es un derecho sagrado como ellos declaran, aunque manden a los mossos d’esquadra a pegarnos”.

Los servicios de inteligencia españoles deberían estimular el crecimiento del separatismo tabarnés: la mejor forma de impedir el separatismo catalán es implosionarlo desde su interior.

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