Motor.-De la manivela al teléfono

 Manuel Galdo
La manivela para procurar el encendido de los motores de los vehículos que se utilizaba antaño desapareció hace años y con ella desaparecieron también las lesiones que la misma provocaba, a veces, a los usuarios si no mediaba la precaución por su parte de darle el suficiente impulso para vencer su resistencia inicial al movimiento. La sustitución de tal artilugio se produjo paulatinamente a partir de 1911 cuando se inventó el motor de arranque para la puesta en marcha del motor de los vehículos.

Desde entonces hasta ahora para la puesta en marcha del motor se recurrió primero a la referida manivela y después a un pulsador o palanca, para más tarde recurrir a diferentes sistemas de llave que fueron evolucionando y adaptándose a los tiempos según lo hacia la tecnología, primero entró en juego la electromecánica con el cierre eléctrico, luego la electrónica y la digitalización que van camino de hacer desaparecer la clásica llave metálica sustituyéndola por un pulsador, con lo que de nuevo se hace necesario recurrir a este sistema para procurar el encendido del motor, o por una tarjeta de vinilo, Actualmente los últimos modelos de vehículos utilizan una tarjeta de vinilo o el teléfono para activar tanto el cierre del vehículo como la puesta del contacto y el arranque del motor respectivamente.

No son nada nuevos estos sistemas de arranque del motor ya que los primeros Seat 600, por ejemplo, ya utilizaban el arranque eléctrico que se accionaba, una vez puesto el contacto, mediante una palanca situada en el puente central del piso del coche detrás de la palanca de cambios y justo al lado de la del freno de mano. Otros coches más avanzados disponían de un “pulsador” al efecto situado en el “tablier” donde estaba situado el cuadro de instrumentos que incluía el cuenta kilómetros y los relojes de presión de aceite, temperatura del agua o carga de batería y en su proximidad el resto de mandos necesarios para la utilización del vehículo, entre ellos la llave de contacto.

La llave de contacto y/o la palanca de arranque fueron sustituidos por el “Clausor” que no era más que una llave metálica, algunas de ellas aún hoy en uso en modelos de 20 o más años, con tres funciones muy concretas: contacto, arranque y bloqueo de dirección.

Los vehículos de alta gama de última generación, aun disponiendo de una llave “metálica” al efecto, están en fase de sustitución de ésta por el teléfono, utilizando para ello un sistema de apertura de puertas/ contacto/arranque inteligente que activa los sistemas correspondientes cuando detecta la proximidad del conductor -o quien tenga la llave o clave de utilización del vehículo- sin necesidad de utilización de la “llave”.

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