Irresponsables

Juan Cardona-juan@juancardona.es
La situación actual de la pandemia deja al descubierto la manifiesta ineptitud de nuestros gobernantes, en esta ocasión no se puede destacar que nivel de responsabilidad política es más inoperante, unos quitándose del medio pasando la «patata caliente» a las autonomías y éstas, de vuelta encontrada, demandan al gobierno del «sobresaliente doctor» Sánchez una actitud ejecutiva dentro de un mando único, para que aporte todos los medios de estado a su alcance. Todo esto, con el «legislativo» totalmente entregado firmando cheque en blanco con vencimiento semestral. Resultado: desgobierno, desconcierto ciudadano y una cierta anarquía.

Comienza el año con la tercera ola pandémica, con unos cuantos políticos despistados que les ha cogido con el paso cambiado. Cómo no se iba a producir un rebrote alcista, que esta vez alcanza el calificativo de «exponencial», si no se ha actuado sobre lo
único que ha demostrado cierto éxito contra el virus: limitar el contacto físico o el contagio dentro de un grupo. No puede ser que por miedo a una posible pérdida de votos se ha permitido un relajamiento de las normas sociales, aprobando reuniones de personas no convivientes, en unas autonomías: grupos de seis, en otras de diez; en una los niños no se contabilizaban en otras si, en unas se limitaba el número de burbujas, en otras no se fijaba limitación; lo mismo aconteció con el mal llamado «toque de queda» en día señalados. Este desastre proveniente del comportamiento «desmadrado» en la nochebuena y la navidad tuvo su punto de arranque en los famosos puentes de principios del mes de diciembre.

No hay que ser vidente, ni futurólogo, ni mucho menos virólogo o miembro de un
comité de expertos asesores para que siguiendo los datos que el propio Centro de
Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias suministra sobre la Incidencia
acumulada (IA) de infectados sobre una población de 100.000 habitantes en los 14 últimos días, se realice un ligero y breve estudio.

Partimos de los primeros días de julio con una cifra de 8 infectados en los últimos
catorce días. Sánchez, anunció: «Hay que disfrutar de la nueva normalidad y reactivar la economía», no contento con esto aseguró: «La pandemia está vencida» y que la crisis social y económica: «será corta, pero dura» (en lo de dura, acertó). De estos 8 infectados (IA), llegamos a 57 a finales de julio, 190 un mes más tarde: Todos contentos ya que no superamos los 250 (sic). Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre continuó el goteo hasta los 419 del 20 de noviembre y que a partir de ahí comenzó el descenso hasta los 224 del 21 de diciembre: Champan y confeti, mezclemos convivientes y no convivientes. «No pasa na» tenemos la vacuna en camino.

No importa que la cifra de IA crezca hasta 350 el 8 de enero y cuatro días más tarde lleguemos a 454. Hasta un niño de primaria encontraría relación directa entre las alegrías de esas fechas señaladas de la Navidad y el aumento galopante de infectados. El gobierno, en su mayor parte, y el ínclito Simón se tomaron unas merecidas vacaciones, complementando a las ya disfrutadas de verano: Tranquilidad «El timón está en manos de las autonomías».

Y en esto… llegó la vacuna. Inicialmente, después de la foto con pegatina laudatoria
incluida: caos y desbarajuste. La logística necesaria para ejecutar un plan de vacunación masiva (hubo meses para ello), brilla por su ausencia. A la torpeza innata de los dirigentes se suma el desconocimiento más absoluto. Dentro del ciclo básico logístico, el gobierno se puso nota en la «Determinación de necesidades» (solo hay que mirar el censo), el ciclo de «Obtención» lo está realizando la Unión Europea. El de «distribución» y «almacenamiento»: manga por hombro y la culpa achacable a las condiciones de conservación. Para rematar la acción de vacunación en manos de los Servicios de Sanidad de las Autonomías.

El Gobierno descansa, con el parlamento cerrado se habilita para estudiar problemas reales y acuciantes en el terreno de la igualdad, eutanasia, modificar el procedimiento de «instrucción judicial», investigar al «Emérito», abrir comisiones parlamentarias contra acciones pasadas del PP (por cierto, merecidas) y otras lindezas.

Y a todo esto… llegó Filomena y mandó parar: nos regaló la nevada del «siglo».¿Habrá
alguna maldición que se nos escapa?

 

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