Ha fallecido, a los 96 años de edad, el destacado científico ferrolano Emiliano Aguirre

Diario de Burgos-Fot. Alberto Rodrigo

El paleontólogo ferrolano Emiliano Aguirre Enríquez  (Ferrol, 5 de octubre de 1925), considerado el padre de Atapuerca, ha fallecido este lunes a los 96 años de edad, según ha informado la Fundación Atapuerca.

Emiliano Aguirre fue el primer paleontólogo en descifrar la importancia del enclave burgalés y dedicó gran parte de su vida a poner en valor el yacimiento que en la actualidad se considera uno de los lugares más importantes del mundo para el estudio de la evolución humana

Sus últimas relaciones con Ferrol

Aguirre recibió el título de hijo ilustre de Ferrol el 23 de noviembre de 2000 concedido por la corporación municipal el día 8. En el libro de oro de la ciudad dejó escrito ese día «Ferrol siempre acogedor, y sus autoridades como el pueblo, responsables. Hoy 75 años  después me dan otra alegría inmensa y me hacen revivir . Gracias para siempre. Emiliano».

Ese mismo día recibió el título de doctor «honoris causa» de la universidad de A Coruña en el Campus de Ferrol.

El día 20 de enero también del 2000 había pronunciado una conferencia sobre la «Evolución del ser humano. Datos y estudios de Atapuerca» organizada por la Cátedra Jorge Juan en  el Centro Cultural y Social  de la Armada, en el Cantón de Molíns.

Pésame del Concello

La capilla ardiente se encuentra instalada en el Parque Cementerio de la Paz, en Alcobendas. A las 19 horas de este martes se oficiará una misa por su eterno descanso en el mismo Parque y seguidamente se efectuará la cremación en la intimidad familiar.

Desde el Concello de Ferrol se ha enviado una corona de flores al Tanatorio de Alcobendas y un mensaje de pésame a la familia.

Un hombre increible

Precisamente el pasado día 6 de este mes en Galicia Ártabra se ofrecía un amplio resumen de su vida dentro de la sección «nuestras gentes» al cumplirse un día antes su 96 aniversario.

Emiliano Aguirre Enríquez nació en Ferrol el 5 de octubre de 1925, era un destacado paleontólogo español. Su principal aportación a la paleoantropología fue el inicio del estudio de los yacimientos pleistocenos de la Sierra de Atapuerca (Burgos), cuyas excavaciones dirigió desde 1978 hasta su jubilación, en 1990. Era Premio Príncipe de Asturias y Académico numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y poseía la Medalla de Oro al Trabajo.

Estudió Humanidades y Filosofía en la Facultad Eclesiástica de Alcalá (1944-1950), Licenciado en Ciencias Naturales por la Universidad de Madrid (1955) y en Teología por la de Granada (1959). Perteneció a la Compañía de Jesús. Doctor en Ciencias Biológicas (1966).

Colaboró como paleontólogo en las excavaciones de los yacimientos paleolíticos de Torralba y Ambrona (Soria, 1961-1963). Director de las excavaciones en el yacimiento paleolítico de Las Gándaras de Budiño (Porriño, Pontevedra, 1963).

Profesor ayudante de Geología en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Madrid (1965-66); profesor visitante de Antropología en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima (1967-1968); encargado de cátedra de Biología para Medicina, Universidad Autónoma de Madrid (1969-70); profesor agregado de Paleontología de Vertebrados y Humana, Universidad Complutense de Madrid (1971-74); y catedrático de Paleontología en las universidades de Zaragoza (1977-79) y Complutense de Madrid (1982-1984). Profesor de Investigación del CSIC (1984-1990) y doctor vinculado al CSIC desde su jubilación. Director interino del Museo Nacional de Ciencias Naturales (1985-86).

Trabajaba como asesor y redactor en numerosas revistas especializadas de paleontología, como la Revista Española de Paleontología que publica la Sociedad Española de Paleontología. Participó en el proyecto CENIEH (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana) a propuesta del Ministerio de Educación y Ciencia, este centro creado en el 2004 tiene como objetivo fundamental la realización de investigación.

Emiliano Aguirre tiene su linaje, en la actualidad, fuertemente diseminado por la mayoría de las instituciones científicas y universitarias del estado español. Contaba con numerosos “hijos” científicos, nietos, biznietos y tataranietos. Hasta cuatro generaciones de científicos españoles se entroncan genealógicamente con Emiliano. Sus hijos directos empezaron a formarse a partir de las décadas de los setenta y ochenta.

Se jubiló, con 65 años en 1990, debido a la entrada en vigor de una nueva Ley de Función Pública, que posteriormente fue modificada. Su jubilación forzosa se produjo precisamente cuando los mayores descubrimientos científicos de Atapuerca estaban a punto de llegar. No obstante, continuó formando directamente a investigadores.

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