Tirando a dar/ El confuso patronazgo de San Julián de Ferrol

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San Julián el Hospitalario, legendario protector de viajeros, vestido de cazador, con escopeta y halcón, suele ser el patrón de la mayoría de las iglesias gallegas dedicadas a esta advocación. No obstante, en el origen de la iglesia parroquial de Ferrol, de la que hay noticias desde el año 1087, está San Julián de Brioude o de Vienne, militar romano, mártir del siglo IV junto con San Ferreol, representado como soldado romano con espada, santo que a partir del siglo VII dio su nombre a una serie de iglesias y capillas de la cornisa cantábrica, incluida Galicia.

La nueva iglesia de San Julián, que remplazó la medieval situada junto al muelle de la Cruz en Ferrol Vello, derribada durante las obras del foso del Arsenal, se abrió al culto la víspera del Corpus Christi del año 1772. Pocos años más tarde el escultor compostelano Juan Antonio Domínguez talló el retablo del altar mayor, que, según Montero Aróstegui, incluía una efigie de San Julián, vestido de caballero con casaca, calzón corto, zapatos de hebillas y sombrero de picos.

Durante la visita pastoral que realizó el año 1786, Francisco Cuadrillero, obispo de Mondoñedo, “mandó se vistiese a la romana” a San Julián, para evitar lo que creía una fea costumbre de vestir a los santos de forma poco adecuada. Mediante esta imposición, reforzada por la posterior importación de unas reliquias del monasterio de San Julián de Samos, se oficializó a San Julián de Antioquia como patrón de la iglesia ferrolana, apareciendo en el altar mayor de la Concatedral ferrolana junto a Santa Basilisa (su santa esposa, nunca mejor dicho), vestidos ambos de traje talar, con la cruz y la palma del martirio.

De esta forma el obispo actuó en contra del sentir popular, seguramente más acertado, que consideraba como patrón ferrolano a San Julián de Brioude, compañero de San Ferreol. Más tarde, según Leandro de Saralegui, el día de San Julián del año 1820 el padre Ouviña, franciscano del convento de Ferrol, puso en duda ciertos detalles históricos de la vida de San Julián, provocando una fuerte polémica, originando la protesta del municipio y sumiendo de nuevo en la confusión a los feligreses. El año 1878, según Nicolás Fort, el predicador padre Maroto, insistió en la polémica al negar el patronato de San Julián por la carencia de documentación eclesiástica fiable, llevando de nuevo a la indignación de los ferrolanos.

Fecha del patronazgo

En referencia al patronazgo de la ciudad, ese año 1786 el entonces Alcalde Mayor de Ferrol, Eugenio Álvarez Caballero, estableció que el día 7 de enero, festividad de San Julián de Antioquía, se celebrase oficialmente como fiesta patronal de la villa de Ferrol, contribuyendo a esta ceremonia de la confusión. Según el Libro de Actas del Ayuntamiento, en la sesión municipal del 5 de enero se acordó “celebrar anualmente la Función con Voto del Glorioso Señor San Julián, como Patrono de esta Villa el día 7 del presente mes”, determinando que “se publique por vando (sic) á voz de pregonero que todos los vecinos de posibilidad iluminen sus casas, se limpien y barran las calles, y se festeje con la seriedad y circunspección que corresponde a la Religión Christiana”.

De esta manera se empezó a celebrar esta festividad religiosa por el Ayuntamiento. La solemne conmemoración, según la documentación obrante en el Archivo Municipal, incluía la celebración de Vísperas, función religiosa, Voto Vecinal y exposición del Santísimo Sacramento, así como la iluminación de la fachada y fuegos de artificio. Durante el siglo XIX se estableció la costumbre, sin motivación conocida, de la degustación de arroz con leche el día 7 de enero, iniciativa atribuida al canónigo ilustrado ferrolano Fernández Varela, una de cuyas cualidades era la de ser un amante de la buena mesa.

 San Julián- San Ramón

Esta celebración del patronazgo de San Julián fue decayendo en el tiempo como la festividad de mayor arraigo ciudadano en Ferrol, siendo sustituida por los festejos organizados desde el año 1896 en la semana alrededor del 31 de agosto, día de San Ramón, patronímico del Marqués de Amboage, ilustre personaje nacido en la urbe y todavía en el recuerdo de los ferrolanos como creador de una Fundación Benéfica. A pesar de todo, inasequibles al desaliento e ignorantes de lo improcedente de esta celebración, los próceres del Ayuntamiento de Ferrol, a través del desequilibrado protocolo municipal, siguen organizando cada 7 de Enero un sarao matutino para sus habituales seguidores.

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