Restauradores alertan de la «aniquilación» del Patrimonio

patrimonioLas empresas de la restauración en Galicia caen víctimas del recorte de inversiones públicas y con la «aniquilación» del sector alertan de la desaparición de retablos y pinturas dentro de iglesias de toda Galicia a causa de humedades, insectos «xilófagos» (comedores de madera) y de la «mala praxis» de algunos «repintadores» y empresas poco interesadas en hacer trabajos de calidad tras ganar concursos públicos o adjudicaciones privadas.

De hecho, algunas compañías de este sector están imputadas en la Operación Retablo, investigado por la Justicia en Santiago, y también fueron objeto de una instrucción en la Fiscalía de Ourense –archivada hace casi dos meses– a partir de unas declaraciones judiciales en las que se criticó la «mala praxis» y los deficientes trabajos de conservación de algunos retablos, pinturas y conjuntos tallados en madera en toda la provincia.

El presidente de la asociación de empresas y profesionales de la Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Galicia (CRG), José Manuel Rey Aguiño, lamentó que, con el archivo de esta causa en Ourense, se perdiese la ocasión de completar la denuncia en Santiago de la posible trama económica de la Operación Retablo «con información que evidenciaría, a mayores, el poco interés de algunas empresas en trabajar con calidad».

Otro de los males del sector, según Rey Aguiño, es la presencia de «repintadores» que, en trabajos para particulares, se limitan a cubrir retablos con capas nuevas de pintura, incluso cambiando los rasgos originales de las figuras de los retablos y, en algún caso, con un desproporcionado coste económico. «Y sin preocupación alguna por conservar y restaurar fielmente», ha lamentado.

Sin obra pública

«Además, llevamos cuatro años sin apenas obra pública y este recorte ya se llevó por delante por lo menos a un par de empresas y a numerosos autónomos y, entre los que quedamos, algunos optan por trabajar a cambio de un salario muy ajustado y el coste del material», ha finalizado el retrato de su sector debido al impacto de la crisis.

Aguiño ha relatado que los trabajos actualmente en marcha con dinero público son la restauración de pinturas en Chantada, recuperación de pinturas en los muros de la iglesia del Couto dos Mixtos en Ourense, dos retablos en las iglesias lucenses de Meira y Vilar de Donas y dos retablos y policromías en la catedral de Ourense. «Y nada más», ha lamentado.

Carencia de controles

La falta de regulación determina muchas carencias, según Aguiño, pues «para optar a los concursos públicos hay una serie de requisitos que incluyen presentación de proyecto detallado e informe técnico del resultado de los trabajos pero pocas empresas los cumplen».

En ese sentido, el Obispado de Ourense envió informes sobre restauraciones terminadas y peticiones a la Xunta en 2010 para que los técnicos oficiales comprobasen las deficiencias y exigiesen a las empresas los informes previos y posteriores, comprometidos sobre sus trabajos realizados con fondos públicos.

El propio delegado de Patrimonio de la diócesis, Miguel Ángel González, explicó a agentes policiales posibles irregularidades en algunos trabajos, como la desaparición, en el monasterio de San Rosendo de Celanova, de todo el suelo de madera antigua del coro.

González admitió que él no tiene conocimientos para evaluar trabajos de restauración, pero el Obispado envió a la Xunta informes técnicos de una restauradora autorizada sobre algunos trabajos en Ourense de las empresas investigadas en Santiago.

Sin un mínimo de respeto

En ellos, según el texto al que tuvo acceso Europa Press, se indica que en ninguno de los casos «se trabajó con un mínimo respeto a la obra original, ignorando y alterando su valores estéticos, artísticos e históricos y con criterios no adecuados a la conservación y perdurabilidad de las obras».

La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural respondió a las peticiones del Obispado de Ourense con un escrito en el que anunciaba controles «exhaustivos» en los trabajos promovidos por la consellería y, entre otras medidas, la apertura de expedientes informativos previos a posibles expedientes sancionadores para las empresas CBC y Ábside, dos de las denunciadas en la Operación Retablo.

Una de las iglesias afectadas por la «mala praxis», según el Obispado, fue la de Santa María de Bousés en Oímbra, a cargo de la empresa CBC, y en la respuesta técnica de la Xunta se reconocían casos «similares» en la iglesia de San Francisco de Tui y de Santa María de Bora en Pontevedra, a cargo una de CBC y otra de Ábside.

En las obras en ambos templos se detectaron «claros incumplimientos e intervenciones no autorizables y perjudiciales para la obra de arte», según el escrito oficial.

Falta regulación

En este escenario, el presidente del colectivo gallego de los restauradores ha apuntado también a los fallos de la Ley de Patrimonio como una de las causas de esa «aniquilación» del patrimonio.

Como ha dicho, en ella no se concreta el marco técnico correspondiente a las pinturas murales y retablos, «que son los que centran la mayor carga de trabajo del sector». «No hay definición clara de si son bienes muebles o inmuebles, y eso es fundamental para definir qué profesionales están autorizados para las diferentes fases de los trabajos, desde el promotor hasta la ejecución», ha concretado.

Otro frente es la dignificación del trabajo a cargo de los propios profesionales, «que hacen proyectos con precios muy ajustados para que le adjudiquen el trabajo y luego resulta que el presupuesto fue disparatado a la baja porque apenas cubre los gastos y ese mismo trabajo, si se hiciese fuera de Galicia, tendría un presupuesto un 150 por ciento más elevado».

 

 

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