Fin de la cita

miguel angel pazosMiguel Ángel Pazos Fernández (*)

Cualquier artículo de opinión política esta semana debería de titular con el ya famoso “fin de la cita” que Mariano Rajoy ha convertido en bandera de su discurso. Un discurso sorprendente, duro e implacable que desmontó la primera estrategia que la oposición llevaba ideada para este debate.

Rajoy ha despejado los balones que se le venían encima con un discurso sorprendente (“me equivoqué”) y lleno de matices (“hubo sobresueldos, en A y como en todos los partidos”). Una alocución con un sello implacable que buscó el cuello de Rubalcaba, plagada de citas suyas que bien se podrían aplicar todas y cada una al caso Bárcenas, y también recordándole su promesa de hacer pública su declaración de la renta. Algo que Rajoy ha hecho, mientras que Rubalcaba todavía no.

Sin duda, en lo que más duro se mostró Rajoy fue en la férrea defensa que hizo de su rectitud. Así se lo dijo, literalmente, a Rubalcaba. Después de reconocer su error, repitió insistentemente que de la verdad que hay sobre las acusaciones del ex-tesorero, hablará la Justicia, para dictar la misma. Y según Rajoy, la verdad mostrará que su partido no tiene nada que ver con lo que Bárcenas dice de manera insistente

Rajoy ha seguido una estrategia de comunicación por fin certera que debe gran parte de su autoría a Soraya, la vicepresidenta y mano derecha del presidente, que le ha dirigido con acierto en esta comparecencia. Rajoy estuvo dialécticamente brillante, regaló el mejor discurso desde que es presidente del Gobierno, respondió de manera furibunda los ataques de la oposición, repasó el Caso Bárcenas y su responsabilidad en el mismo y, sobre todo, dejó claro que no piensa dimitir, y que no le da miedo una moción de censura.

Rajoy también incidió en repasar lo que es una moción de censura, advirtiendo de que en ella se discute el programa del candidato alternativo (algo que, presumiblemente, se volvería en contra de Rubalcaba), y que ello no implica la comparecencia del presidente. Un giro que utilizó para dejar claro que viene el parlamento a hablar porque quiere, y no porque la oposición lo diga. Un inesperado cambio de política de comunicación que se agradece.

El presidente da así por zanjado el tema hasta septiembre, a la espera de que Bárcenas diga o haga algo nuevo. De momento, el primer escollo ha sido superado.

(*) Miguel Pazos es presidente de NNXX de Narón

 

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