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Premio Mingote y principal referencia de la caricatura política en Galicia
María Fidalgo Casares. Doctora en Historia
David Pintor, miembro de la pareja de ilustradores Pinto y Chinto, humoristas gráficos de La Voz de Galicia junto a Carlos López, estuvo como uno más en las paredes de Canido pintando sus Meninas… Poco conocido por su aspecto, pero sí por sus caricaturas diarias de La Voz de Galicia, ejecutó el mural más espectacular de esta edición.
Su creación basculó entre el guiño y el homenaje. Por un lado, el estilo del dibujo, un ingente Velázquez que posaba inmenso y desafiante, brazos en jarras, con el pincel en la boca mientras elucubraba su creación. Esta elección era un reflejo de la propia personalidad de Diego de Silva y Velázquez que tanto reivindicó el valor intelectual en la pintura como profesión liberal, creación intelectual muy latente y también reivindicada en el mundo de la caricatura y el humorismo gráfico.
También el diseño de Pintor era un guiño y homenaje al arte de la caricatura, con su dibujo de líneas marcadas, la plasticidad de la melena del sevillano y su aspecto humorístico.
Entre los premios de humor gráfico de Pintor destacan el Curuxa do Humor (Museo del Humor de Fene), el Haxtur (Salón Internacional del Cómic de Oviedo) y el Hermés (Ayuntamiento de Barakaldo).
En 2001 inició su incursión en la literatura infantil y, tras más de 20 libros, se ha convertido en unos de los autores más galardonados y prolíficos de Galicia: Premio Merlín, Premio Raíña Lupa, Premio Martín Sarmiento, Premio Pura y Dora Vázquez, selección en la Feria Internacional de Bolonia (2007, 2010, 2011 y 2013), la Bienal Internacional de Bratislava, y premio especial del jurado en el Festival del Libro Infantil de Corea Nami Island, donde publicará en breve su libro Minimalario. Asimismo fue el único español seleccionado para el catálogo de Ilustración de Bolonia Feria del Libro Infantil más importante del mundo.
Pintor, -Pinto-, junto a López -Chinto- estuvo en Ferrol este verano como ponente en el Curso Gurméndez y allí reivindicó la importancia del humorismo gráfico como una forma más de expresión del periodismo. En un gran ejercicio de generosidad, apenas habló de su carrera y subrayó la importancia del trabajo junto al gran Siro, tan querido por los ferrolanos, experiencia que para él había sido un aprendizaje y perfeccionamiento continuo “con el mejor”.
David pintó su Menina, en este caso su Velazquez, como uno más, con sus bermudas y sandalias y acompañado de una colaboradora, exhibiendo un fantástico humor y sencillez entre los viadantes que se paraban a comentar la singularidad de su obra.
Y es que su Velázquez tuvo un valor añadido. El hacer que el dibujo traspasase la pared e invadiera la acera, el espacio del espectador, era un homenaje al sobrenombre del evento gestado por Eduardo Hermida… Las Meninas Arte na Rua… Arte no sólo en las paredes, sino en las aceras, en las ruas, el aire, en las actitudes y en el ambiente y espíritu que se respiró en Canido, un evento que traspasa lo artístico y reivindicativo para entrar en la esfera de lo emocional.
