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El joven Diego Rubianes Pita, de 22 años, vecino de Ares y que llevaba desaparecido desde el pasado día 5 de noviembre después de escapar cuando iba a ser conducido desde el Hospital Naval al centro terapéutico de Asfedro en el Confurco para ser ingresado por orden del juzgado de lo Penal número 2 de Ferrol fue localizado en la mañana de este lunes, día 1,en Oviedo por efectivos de la Policía Nacional.
Diego Rubianes fue detenido cuando se presentó en una comisaría de Oviedo con el fin de renovar el Documento Nacional de Identidad, porque lo tenía caducado y lo necesitaba para poder retirar dinero de su cuenta corriente en donde se le ingresaba una ayuda mensual, y en ese momento sonó la alarma en el ordenador policial, para ser puesto mas tarde a disposición del juzgado de guardia ovetense que ordenó su traslado a Ferrol a la unidad de psiquiatría del Hospital Naval de la que se había fugado.
Efectivos de la Policía Nacional trasladaron en la noche de ayer a Ferrol al joven , según se informa desde la Jefatura de la Policía de Oviedo. De momento está incomunicado y no puede recibir visitas de sus familiares.
Como informó Galicia Ártabra el juez de lo Penal, número 2 de Ferrol, había decretado, tras unos informes médicos, el ingreso del joven en el centro de Asfedro después de haberse celebrado una vista oral en razón a una serie de problemas que el joven creaba en la familia, siendo condenado a seis meses de reclusión en el centro de rehabilitación.
Según su familia al joven le diagnosticaron a los siete años un problema de transtorno grave de personalidad por lo que estaba medicándose pero a eso unía el consumo de drogas, a las que era adicto, por lo que la convivencia familiar era imposible.
UN JOVEN PROBLEMÁTICO
Diego Rubianes ya se había fugado en más de una ocasión del domicilio familiar y se había aficionado a las drogas.
Como quiera que la convivencia familiar era muy mala, insultos, gritos, amenazas e incluso un día prendió fuego en la puerta de entrada al domicilio, sus padres solicitaron alejamiento ya que temían que las cosas fueran a peor, por lo que se le prohibió por el juzgado acercarse a su casa a menos de 200 metros. Sus padres le pagaron una pensión pero la dejó y últimamente solía dormir en viviendas de edificios sin entregar, en la villa aresana.
“Es un solitario, siempre anda a su bola, es muy problemático” dicen personas que lo conocen.
El joven escapó cuando antes de que lo condujeran al centro de Asfedro pidió que le dejasen ir hasta el cajero para retirar dinero, y aprovechando esa ocasión para huir.
